Brian Mouque, el piloto más atractivo y hosco según algunos, hizo cambiar su mundo por completo, así como ella el de él.
Una historia donde el amor triunfó.
#1 en Romance.
#1 en Aventura.
BORRADOR.
PROHIBIDA ADAPTACIÓN O COPIA DE LA OBRA.
ORIGINAL...
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CAPÍTULO 40 EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA BRIAN
A partir de hoy, y por el resto de mi vida, ya no era solo yo. Éramos un nosotros, y se sentía simplemente maravilloso. Abrí las puertas de nuestro nuevo hogar con alegría y expectativa. La expectativa de un de una nueva aventura en compañía de los dos tesoros más preciados que poseía.
─Bienvenidas a casa.
─Mira Clar, este es tu nuevo hogar─pronunció Camile con dulzura, usando aquel tono cálido y enternecedor.
Tomé las cosas que traíamos del hospital y las subí hasta nuestra habitación, decidí no acomodarlas, no aún. Tan solo las dejé sobre el piso y solté un gran suspiro cargado de esperanza.
─Tu nueva vida ha comenzado, Mouque ─observé todo a mi alrededor y necesité volver a suspirar con fuerza─ Tú puedes, no mueras en el intento, eres muy joven.
Después de los autoánimos, bajé. Camile se encontraba platicando con nuestra pequeña en el sofá.
─¿Y bien?, ¿qué es lo primero que haremos como familia? ─pregunté sonriente mientras tomaba asiento a su lado.
Y bueno, ese primer día fue ... perfecto. Debo confesar que jamás me vi con una mujer, mucho menos como un padre, no después de crecer en la familia que lo hice, pero admito que hasta hoy, había sido lo mejor en mi vida.
Desperté temprano a la mañana siguiente, decidí preparar el desayuno y darle una sorpresa a Camile. La cocina era como un campo traviesa para mí, y no había nadie conmigo que pudiese apoyarme esta vez, no sabía siquiera en qué lugar se encontraban los cubiertos.
─En qué lío te metiste, Brian ─mascullé, mientras batía la harina de los supuestos hot cakes.
La voz de la chica del tutorial de cocina que se reproducía en mi tableta era lo único que se escuchaba, además del desastre que hacía con los contenedores.
─ Deberías de buscar otro trabajo, los tutoriales no son lo tuyo ─le gruñí a la pantalla.
La cocina terminó hecha un desastre, pero los hot cakes...
¿A quién engañó?
También eran un desastre.
Me dejé caer rendido sobre uno de los bancos de la isla y pegué un gran suspiro, la derrota me consumía, era un fiasco culinario y entonces, me arrepentí de jamás aceptar la invitación de mi madre cuando intentaba enseñarme lo básico.
─¿Brian? ─la voz de Camile se escuchó.
Me sobresalté al instante, no la esperaba. No ahí, con las consecuencias de la batalla contra los hotcakes esparcidas por cada centímetro de la cocina.
─ Ah, hola, buenos días.
─¿Qué sucedió aquí?─preguntó divertida, burlesca, observando todo el desastre que invadía el lugar.
