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Instragram/twitter: DenisseGBellamy

¡Nuevo capítulo en línea! Espero que les guste. 

No se olviden de votar y comentar, no cuesta nada<3


El silencio en el gran auto era llenado por una voz algo peculiar. Andrea se había encargado de escoger el repertorio musical para el viaje, y tanto Tobías como yo nos manteníamos en silencio, escuchando atentamente cada palabra.

¿Por qué Melanie Martínez me estaba agradando más de lo que cualquier persona que conozco lo haría?

Pity party suena en el auto, y en lo único que soy capaz de pensar es en mi cumpleaños número doce. Ese año pedí una muñeca, la cual no había llegado porque mi padre estaba en servicio, ese día lloré tanto que mamá tuvo que llevarme a la juguetería para comprar la muñeca que quería.

Toda una niña mimada.

—Mi padre no va a enojarse contigo, Tobías —Al parecer, Andrea estaba feliz por no relación-nada-formal que tenía con Tobías, cosa que me dejaba un poco tranquila—. Él le lleva unos cuantos años a mí madre.

—No me preocupa tu padre —El moreno suena seguro, dándome una mirada rápida por el rabillo del ojo—. Drea es adulta para decidir por ella misma.

—Aun estoy aquí, no es como si solo desapareciera —Indico, haciéndolos reír a ambos.

Luego de la charla la noche anterior, Tobías había vuelto temprano por la mañana, indicando que el mismo nos llevaría. A lo cual no pude negarme porque, en cuanto me giré, él ya se encontraba tomando nuestras maletas para llevarlas a su auto.

Ahora, a penas ponga un pie de vuelta en casa, mis padres me abordarían en preguntas, algo que me tenía muy nerviosa.

¿Qué debía decirle?

—Ignorarte lo hace más divertido.

Pongo los ojos en blanco, sabiendo de antemano que Andrea estaba bromeando. Su cuerpo cae dramáticamente sobre el asiento, haciéndome saber que aun se encontraba completamente cansada.

—¿No quieres algo para desayunar antes de dormir, Andrea? —Tobías capta la atención de la castaña, quien no piensa antes de asentir—. Bien, cuando encontremos un lugar pararemos.

Observo de reojo a Tobías, y su sonrisa me hace sonreír.

Estaba tranquilo, la tensión de las dos semanas que habían pasado, parecían eliminarse de su sistema. Su barba se encontraba controlada, atrayéndome a pasear mis dedos por ella.

Pero no lo hago.

Sería algo incomodo con Andrea aquí.

Llevábamos tres horas en el auto, pero Tobías no daba señal alguna de cansancio. Observo a Andrea por el espejo retrovisor y le veo con los ojos cerrados, claramente dormida.

Sin decir nada, bajo un poco el volumen de la música, soltando un suspiro de alivio. Mi hermana tenía gustos algo peculiares.

—¿No estás cansada? —Tobías pregunta, su mano derecha no tarda en detenerse sobre mi pierna, apretando esta sin descaro alguno—. Puedes dormir hasta que encuentre un lugar donde desayunar.

—Estoy bien —Una sonrisa está ocupando mis labios, y no puedo evitar girarme, observando el perfil del moreno sin querer perderme ningún detalle—. ¿Listo para enfrentar la furia de un militar?

Él niega divertido, dándome una rápida mirada antes de regresar su atención al camino, sus labios se curvan para decir: —Pensé que bromeabas con eso. Nunca esperé que tu padre fuera un militar.

WildFire ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora