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¡Disfruten su lectura!

Capítulo dedicado a Ali0409 porque es la única persona con la cual Drea comparte a Tobías u.u <3

~*~

—¿Qué haces? —Tobías parece algo confundido al verme de pie, sin embargo no le doy respuesta alguna y continúo arreglando la bolsa con la cual había llegado a su casa. Los días habían pasado y él tenía que marcharse junto a Cameron.

—Arreglando mis cosas —murmuro—, te irás con Cameron y no me quedaré aquí, Tobías, te lo dije.

—No me iré de aquí —Sus manos toman las mías, obligándome a detener por un corto lapso de tiempo, luego, sin decir nada, me libero de su agarre y continuo con mi tarea. El moreno junto a mí suelta un suspiro y, sin más, se deja caer en la cama, junto a la pequeña bolsa que él se había encargado de esconder—, ¿puedes dejar eso por un minuto y mirarme a los ojos, Drea?

Tomo una lenta respiración, tomando toda mi atención para luego centrarla en la blusa entre mis manos. Los últimos días había sido una total pesadilla, literalmente, todas las noches, justo después de que caer profundamente dormida, los malos recuerdos que había obtenido junto a Bruno invade mis sueños, convirtiéndolos en un total infierno.

—No me quedaré aquí sola, Tobías, no quiero hacerlo.

El moreno nuevamente tira de una de mis manos, obligándome a dejar el pedazo de tela en la cama. Cumplo con su demanda silenciosa y, cuando me doy cuenta, me encuentro sentada sobre su regazo y siendo prisionera de sus brazos.

—No regresaré a Santiago, Drea —murmura, sus labios se presionan contra mi frente y es lo único que necesito para acercarme más a él—. No te dejaré sola, amor, no sabiendo que ese hijo de puta está aquí.

La tensión que rodea sus palabras no tarda en abordar mi cuerpo, haciéndome sentir culpable por meterlo en tantos problemas. Ciertamente, si me hubiera negado a que él me haya llevado a mi departamento aquella noche de tormenta, Tobías no estuviera pasando por lo que está pasando.

—Sabes que no tienes que meterte en esto —murmuro, observando al suelo, porque simplemente no encontraba las fuerzas necesarias para vencer la vergüenza que sentía hacia Tobías. Él no tenía que haber visto aquellas fotos, las cosas no tenían que ser así—, puedo buscar un abogado y...

—Oh, Dios —Se queja, tomándome por la barbilla para poder observar mis ojos. Los de él, lucen preocupados, sin embargo, hay algo de enojo mezclándose con eso—, no voy a permitir que ese hijo de puta termine con la Drea que conocí.

>>Mucho menos con la Drea a la que amo.

—Y-yo...

—No harás nada —Me interrumpe—, Cameron, tú y yo nos quedaremos aquí. Puedo encargarme del bufete desde aquí.

—Estás cambiando todas tus cosas por mí, Tobías —Mi voz es baja, pero sé que él es capaz de escucharme—, y yo no puedo darte un simple sí.

>>Sé que te doy problemas y por eso deber irte, me las arreglaré bien sola. Siempre lo he hecho.

—Pero ahora me tienes, Drea —dice, sus labios se pegan a los míos en un suave beso y, cuando se separa de mí, una sonrisa tira de sus labios—, no dejaré que alguien que no sea yo le quite el sueño a la mujer que amo. Saldremos de esto, ¿está bien?

Mis ojos están sobre los suyos y, aun cuando lo he negado durante mucho tiempo, soy capaz de ver algo diferente en sus ojos, algo que, gracias a las ideas de papá, había ignorado desde que lo conocí.

WildFire ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora