Mis ojos están sobre las personas que caminan frente a mí. Terminar con el desayuno junto a mis padres pareció ser la mejor idea después de haber aceptado mis sentimientos por Tobías. No quería tener la mirada cargada de pena por parte de mi padre.
Estaba bien enamorarse, al igual que sufrir, sin embargo, saber que el hombre que espera lo mejor se siente avergonzado, es algo de lo que no podía ser testigo.
¿Qué diablos pasó conmigo? ¡Había prometido no enamorarme de nadie!
Lo que pasé junto a Bruno era algo que no quería volver a repetir.
—Espero que esas lágrimas sean de felicidad —Una mujer de avanzada edad capta mi atención y no puedo evitar sonreír hacia ella a través de las lágrimas—. Con una cara tan bonita no creo que alguien tenga necesidad de hacerte sufrir.
—No lo sé —digo, observando cada uno de los torpes movimientos de la anciana junto a mí—. Depende de cómo lo veo cada persona. Yo tengo mi versión.
—Durante todo el tiempo que he pasado en este mundo, estoy segura de que estás confundida —dice, sonriéndome abiertamente—. El amor suele hacer eso, pero hay veces en las que solo debes dejar que las cosas fluyan.
—Suena fácil —susurro, dejando nuevamente mi atención sobre las personas que caminan frente a nosotras—, pero los hombres no son fáciles.
—Ninguna persona lo es, mi niña —Ella ríe, haciéndome sonreír a pesar de la tormenta de pensamientos que nubla mi mente—. Míralo de ésta manera.
>>Cuando era joven no existía nada de lo que tenemos ahora, hay teléfonos que los llevas contigo a todas partes, televisores más gigantes que la pared de tu casa, pero hay algo que ha persistido, y es el amor que las personas sienten hacia otras. Pueden decir lo que quieran, pero sé que esta nueva generación intenta solucionar las cosas que la generación anterior arruinó.
—¿Qué ocurre cuando la generación de hoy en día se mezcla con la anterior? —Ella regresa su atención al frente, como si viera algo que yo no podía divisar.
—Eso es algo que solo el tiempo puede decir —dice, concentrada—. Tal vez ambos aprendan cosas del otro, o simplemente traten de luchar uno contra el otro.
>>De cualquier manera, ambos aprenderán. Se aprende tanto como de buenos actos, como de los malos.
Suelto un suspiro, sintiendo el peso del sobre que estaba dentro de mi pequeño bolso. La nota seguía ahí, burlándose de mí junto con el carísimo anillo que le hacía compañía.
—Cualquiera que sea tu problema —agrega, apretando mi mano con suavidad—. La decisión que tomes será algo de lo que aprenderás.
Abro la boca para decir algo, sin embargo la cierro cuando diviso un gran auto negro deteniéndose en la calle frente a mí. Lo reconozco de inmediato.
Tobías Vidal baja del auto, deteniendo sus ojos sobre mí. ¿Cómo diablos se enteró donde estaba?
—Creo que tu problema acaba de llegar —La anciana junto a mí ríe en voz baja—. Se ve arrepentido, pero te diré algo: dale justo donde le duele. Puedes amarlo locamente, pero una cucharada de su propia medicina no estaría mal.
Mis ojos están sobre Tobías y sé que no quiero moverlos de ahí.
—Gracias —respondo, para luego colocarme de pie y hacer mi camino hacía el hombre que se había escurrido en mi corazón. Mis pasos son firmes, pero el nerviosismo que se arraiga en mi pecho amenazaba con sofocarme.
¿Por qué diablos él me afectaba tanto?
—Drea —dice, a modo de saludo. Sus ojos azules están sobre mí, observándome como si estuviera esperando algo de mi parte—. ¿Qué haces aquí?

ESTÁS LEYENDO
WildFire ©
ChickLit"Tocame como a tu primera guitarra, donde cada simple nota es demasiado fuerte." -WildFire, De...