—Estás nerviosa —Tobías indica, sujetando mi mano con suavidad. Su pulgar se pasea por mis nudillos y no puedo evitar ante el pequeño gesto de cariño—. ¿Quieres hablar?
—¿Sobre qué?
—¿Qué te molesta? —Observo su perfil, está completamente serio, haciendo que la duda aumente de tamaño en mi interior—. Luego de que mencionaron a tu padre...
—No es por él —Lo detengo, dejando mi atención sobre nuestras manos unidas—. Nunca he llevado a un chico con mis padres, tampoco los he presentado como la persona con la cual tengo sexo. ¿Qué podría ser más incomodo que eso?
—Le dirás que soy tu novio, Drea —Sus palabras son suaves, y fija sus ojos en los míos por un segundo. Me cercioro de que Andrea este durmiendo en lugar de escuchar nuestra conversación—. Ya te lo dije. Quiero todo de ti.
Ya lo había dicho, y la primera vez lo había escuchado fuerte y claro, y aun mantenía la misma reacción en mí. Mi corazón golpetea con fuerza dentro de mi pecho, y siento como si una batidora estuviera en mi estomago.
—Mi padre montará un número por tu edad —En el largo camino a casa, sabía que Tobías tenía treinta y siete años, y desde el momento en que lo soltó, la voz de papá gritando un "No", estaba en mi cabeza—. Se calmará, pero aun así fingirá que no te quiere junto a mí.
—¿Fingirá?
—Es mi vida, Tobías —Señalo, apoyando mi cabeza contra el respaldar de mi asiento—. Puedo amar mucho a mi padre, pero él no toma las decisiones por mí.
>>Quiero intentarlo, y si él no lo quiere, es lo que menos me importa. Es mi felicidad, no la de él.
Tobías sonríe, claramente contento con mis palabras, y es cuando acepto que quiero saber lo que quiere de mí. Quiero poder ser capaz de entender al hombre que sujeta mi mano como si fuera lo único que quisiera hacer.
Y tengo miedo.
Tengo miedo de que todo esto termine conmigo, de que no sea capaz de llenar las expectativas del moreno junto a mí.
Regresar a casa, parecía ser un error.
—¿Debo saber cómo lidiar con tu padre? —Él pregunta, captando mi atención—. Nunca he hecho esto de la cena con padres...
—Es militar —Indico, tratando de esconder una sonrisa—. A lo primero que irá es a tus bolas.
Tobías ríe, realmente ríe con ganas, haciendo que mi sonrisa solo crezca un poco más. Él no era un hombre de risas, lo cual había notado desde el día en que lo conocí.
>>Le gusta el fútbol, la pesca e insultar políticos.
—La pesca suena genial —dice, en voz baja—. Tal vez puedo presumir alguno de mis premios la próxima vez.
Sus palabras golpean con fuerza en mi interior, recordándome lo poco que sabíamos del otro. Desde el día en que choqué con él, la tensión sexual hizo su aparición como un fósforo en ebullición.
Al parecer, ninguno de los dos vio venir eso.
—Odio el agua en grandes cantidades —Indico, sacando un nuevo tema de conversación—. Mi padre intentó enseñarme a nadar y lo único que consiguió fue que tragara más agua de lo que he bebido en toda mi vida.
>>Ver un lago... o río me da pánico.
—Te llevaré a pescar —dice —. Te subiré a un bote aun cuando no quieras.
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WildFire ©
ChickLit"Tocame como a tu primera guitarra, donde cada simple nota es demasiado fuerte." -WildFire, De...