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Rafael recién se despertaba, tenía una extraña sensación.. Caminó incómodo hasta el baño, ya que sabía lo que en realidad tenía..

Al entrar, cerró la puerta y comenzó a llenar el agua para la bañera. Se sentó en el retrete tapado y subió una de sus piernas, dejando ver una erección.

-Tengo que lidiar con esto.. Ggn... Maldita sea

Se metió a la bañera para poder relajarse. Se acostó a lo largo y abrió las piernas mientras bajaba una de sus manos..

Mientras Tanto..

-¡Micky! ¡¡Retira lo dicho!!- Exclamó furioso mientras lo perseguía

-¡Admite que es verdad!

Micky corrió hasta su habitación y se encerró con seguro en ella, haciendo que Leo chocara con la puerta, mientras se escuchaban las risas del pecoso del otro lado..

Rendido, Leo se dirigió al laboratorio de Donatello, pero al pasar por el baño, se detuvo al escuchar sonidos extraños..

Curioso, se apoyó en la puerta e hizo silencio para escuchar con atención..

-Aah.. M- Maldición.. Aah~! ... Leo~

Al escuchar esto último, su nombre ser mencionado por los mismos gemidos que escuchaba en sus sueños, se tapó la boca y corrió a su habitación..







Continuará...





Nah mentira..

Al entrar, cerró con seguro la puerta y corrió a su cama..

-Diablos Diablos Diablos... Debo de estar soñando. No puede ser que, haya dicho mi nombre.. Gnn.. Esto es demasiado, más aún para mi

Tomó la sábana y se la llevó a la boca, dirigió su mano izquierda a su entre pierna para comenzar a frotar esa zona tan sensible..

Tras unos minutos de haber sobado su entre pierna, su miembro salió a la luz, se sonrojó al ver lo que haría, cerró los ojos y rodeo aquel gran trozo de carne con sus manos para comenzar a moverlas de arriba a abajo, mientras ahogaba sus incontrolables gemidos con la sábana..

Su saliva comenzaba a mojar la tela, mientras sus rodillas temblaban y su respiración se aceleraba al igual que su pulso cardíaco.. Cuando sentía que se venía, escucho llamar a la puerta..

-¡Leo! ¡Hay que entrenar!- Dijo la voz de su esbelto hermano

Soltando la sábana de su boca, e intentando regular su voz, habló -Y- Ya voy.. Es- Esperenme unos minutos.. Gnn..

-Hermano, ¿te sientes bien?

-S- Si.. Estoy perfecto, so- sólo esperenme que en- enseguida voy a entrenar con u- ustedes

-¿Esta bien? Le avisare a Splinter que ya vienes..

Tras unos segundos de asegurarse que su hermano ya se había ido, miró su miembro aun entre sus manos, mordió una vez más la sábana y siguió masturbándose hasta que un sonoro gemido ahogado aviso que había acabado..

Soltó la sábana jadeando mientras miraba sus manos con el semen, con unas vendas limpió su desastre y salió en dirección al dojo simulando que nada había sucedido en aquellos minutos encerrado, pensando en su hermano, el dueño de sus más sucias fantasías..

Continuará...

Hay Que Darle Placer Al PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora