41

1.5K 115 9
                                    

-Menos mal que Splinter cuidará a Mei y Jenni mientras patrullamos- Repitió Leonardo por décima vez, Rafa rodó los ojos y le sonrió.

-Claro, pero no siempre los estará cuidando, en algún momento tendremos que dejarlas con Abril o traerlas con nosotros. En algún momento se aburrirán, Leo.

-Tienes razón..

A lo lejos comenzaron a escucharse robo-pies.. Los 4 caminaron lentamente hasta la zona, viendo que Karai tenía una conversación con una chica un poco más alta que ella, con ropa negra y cabello teñido de celeste.
Los ninjas hacían guardia para que nadie las atacase.

-Chicos, esto es malo.. Seguramente estén planeando algo, debemos averiguarlo..- Dijo Leonardo mirando a la chica de cabello azul.

-¿Que haremos?- Preguntó Rafael.

Saca sus katanas y se para. -Atacar..

Sus hermanos tomaron sus armas y corrieron hacia las chicas, mientras los robo-pies corrían hacia ellos, pero los hermanos los cortaban a la mitad. Hasta que llegaron a las 'amigas'

-Creo que no era necesario buscarlos, ya nos encontraron..- Dijo la mas alta con una sonrisa con malicia.

Karai tomo su ninjatō, mientras la otra tomo una cadena bastante larga.

Los hermanos comenzaron a atacarlas, Leo y Micky a Karai, Rafa y Donnie a la chica.

Mientras la mas alta enfrentaba a los dos hermanos, bloqueaba sus ataques con una mitad de la cadena, mientras con la otra, los golpeaba y hería.

-Tortugas ninja.. Que interesante 'profesión' la suya eh..- Dijo tranquilamente bloqueando la naginata de Donnie.

-¿Quien eres y que quieres?- Pregunto Rafael antes de ser golpeado en el brazo por la cadena.

-Soy Zeli, pero me dicen Z.. Y necesito algo de ustedes, no es nada malo.- Sonrio, pero dejo de atacarles haciendo que ellos no la atacaran. -A las bebés..- De su espalda salieron dos alas enormes mientras le salía cuernos y una cola parecida a la de un dragón de las series de Micky.


Z les hizo una barrida con su larga cola, haciendo que cayeran de espaldas al suelo.

-¡¡¿Que mierda eres?!!- Preguntó Rafael horrorizado al ver a aquella criatura que muy seguramente acabaría con las jóvenes vidas de sus hijas.

-¡Es un succubus! ¡Un demonio come-carne! ¡¡Tengan mucho cuidado!!- Les grito Leonardo bloqueando el ninjatō de Karai con sus katanas.

Ríe de manera psicópata mientras movía su cola de un lado a otro. -Así es, su líder tiene toda la razón. Una demonio come-carne sumamente peligrosa y poderosa. No les haría ningún daño.- Vuelve a reír de la misma sínica manera, pero se pone seria y dice. -Pero me los comeré si no entregan a la rata y a las bebés.

Continuará...

Hay Que Darle Placer Al PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora