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Ante aquella extraña sensación, siente un extraño líquido caliente subir por su garganta, con sus manos tapa su boca y traga aquello costosamente, ya que poseía un sabor ácido.

-Y.... ¿Que fue eso?

Cerró la canilla del agua caliente y tomó una toalla, para secarse con esta y salir difícilmente de la bañera, se miró en el espejo, pero aquella sensación regresó y se vio obligado a regurgitar su cena y desayuno...

Asqueado, observo el lava-manos, se limpió la boca y mentón..

Miró su reflejo.. -¿Que tengo?... Seguro Splinter note algo extraño en mi, espero y no sea nada malo.

Salió del baño directo a su habitación, pero se detuvo al escuchar... -¡Rafael!- Miro a dirección de aquella voz, viendo a su padre.. -Ven al dojo

Asintió nervioso y caminó detrás de su maestro directo al dojo. Una vez allí, se arrodilló y observo a su padre..

-Me dijo Leonardo que ayer te hirieron..

-Em... Si

-Entonces recuestate, usaré las manos curativas para sanarte..

-Hai..

Obedeciéndole, se recostó en el frío suelo y cerro los ojos mientras su maestro se sentaba a su lado, respiró hondo y con sus manos comenzó a hacer los sellos de las Manos Sanadoras, a la vez que pronunciaba unas palabras en Japonés.

Mientras pasaba sus manos por el cuerpo de si hijo, noto algo extraño en la zona de su vientre y estómago, frunció el ceño confundido pero continuó con lo suyo..
Al no encontrar nada grave, se detuvo.

-Ya he terminado Hijo mio..

-Hai..- Dijo antes de pararse -Gracias..

-De nada.. Puedes retirarte, hoy no habrá entrenamiento..

-Hai sensei..- Dijo antes de salir de allí

Splinter se acomodó y se posicionó para poder meditar..

Antes de comenzar, susurró..-Me pregunto que habrá sido eso que le he encontrado a Rafael

Continuará...

Hay Que Darle Placer Al PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora