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Por la alcantarilla se escuchaban pasos.. Cosa que alarmó a las 4 tortugas, pero cuando aquella figura femenina fue iluminada por la luz de la guarida, nadie se alarmó, a excepción de Leonardo, quien al ver a la adolescente correr hacia Rafael, entro en pánico disimuladamente..

-¡Rafiii!- Exclamo emocionada corriendo a abrazar al mencionado, quien enseguida la abrazó

-¡Rafiii!- Exclamo emocionada corriendo a abrazar al mencionado, quien enseguida la abrazó

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-¡Cuanto tiempo pasó! ¿Como has estado, Rafi?

-Muy bien, ¿Y tu?

-Igual, gracias..

-¡Ro!- Exclamó la tortuga de naranja corriendo a la chica

-¡Hola Micky!

Así es, hacía tiempo antes, los 4 habían conocido a Rocío, la habían salvado de los Kraang, pero no habían impedido que la utilizaran en algún experimento con mutageno, cosa que la hizo sumamente especial, ya que es una Retro-Mutante al igual que Karai, pero ella en realidad podía transformarse en todo tipo de mutantes..

A todos les agradaba esta chica tan cariñosa, amable, honesta.. Excepto a Leonardo, quien sentía celos cada vez que Rocío se acercaba a Rafael, y aunque cuando el debía estar con ella, era amable, por dentro tenía inmensas ganas de destriparla.. Pero al mismo tiempo, le gustaba ver a Rafa tan alegre con aquella adolescente, hablando de cualquier cosa, pero el quería ser ella en esos momentos, y lanzarse sobre su amada tortuga de rojo y hacerle un sin fin de cosas indebidas.

Se alejaba siempre para meditar o descargar esas enormes ganas de asesinarla en la pared..

Primero ganas de descargar toda su hombría en su hermano, y después estaban las ganas de asesinar a la chica que tantos celos le causaba..

Decidió ir a su habitación, cerro la puerta y se quito las vendas de sus manos, se acercó a una pared y comenzó a golpearla sin piedad alguna.. Sus nudillos comenzaban a enrojecerse para después comenzar a sangrar, pero esto no le importaba, continuó golpeando hasta que escucho la voz de aquella chica del otro lado de la puerta..

-¡Leo! ¿Estas bien?

El líder abrió la puerta y entró a la chica a su habitación para cerrar la puerta.. Rocío observó las marcas de golpes en la pared y observo las manos sangrientas de Leonardo.

-¡Tus manos!- Dijo tomando preocupada una de sus manos temblorosas a causa de la adrenalina que tenia acumulada, pero este corrió su mano al cuello de la chica para acorralarla en la pared mientras ambas manos estaban alrededor de ese pequeño y suave cuello..

-¡Le- Leo!

Pero el líder no respondió, sino que apretó aun mas el agarre, comenzando a asfixiarla. Con una mano, Rocío intentaba separar las manos de la tortuga de ella, mientras con la otra golpeaba en el rostro al líder..

-No te acerques a Rafael- Hablo al fin..

-¿Qu- Qué?- Intentó hablar con poco aire

-No se te ocurra acercarte a Rafael o la próxima vez si haré algo que no debería, no me gustaría manchar mis manos de sangre de una gata- Le amenazó -No quiero verte nunca más en la alcantarilla.. No quiero verte cerca de mis hermanos.. -Aprieta aun más el agarre- De mi padre, y mucho menos de Rafael -La suelta y abre la puerta para dejar que Rocío se valla corriendo ignorando las llamadas de Rafael..

-Hasta nunca..

Continuará...

Hay Que Darle Placer Al PlacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora