Hay Que Darle Placer Al Placer

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Micky caminaba de aquí para allá, junto a Donnie les había tocado cuidar al pequeño Ryan, de ahora 8 meses, ya era un niño curioso, correteaba por toda la alcantarilla, y justo en este momento, se había escapado del laboratorio, mientras el menor de los ninjas, buscaba incansablemente al pequeño bebé tortuga.

Ya le pasaban por la cabeza las 1000 maneras en las que sus hermanos Rafael y Leonardo, lo asesinarían, por haber perdido a su hijo menor. Ya rendido y frustrado, decidió buscar en el Dojo, donde Splinter meditaba bajo el árbol. Entró a la extensa habitación, encontrando a su padre, meditando con Ryan dormido en sus brazos.

Sonrió con ternura y se retiró, pues sabia que en manos de Splinter, no le pasaría nada.

Mientras caminaba al laboratorio, donde Donnie investigaba algo sobre el Kraang, Micky se imaginó a el mismo, sosteniendo en brazos a un pequeño bebe de ojos rojizos o celestes como el cielo, sonrió y entró a la habitación, cerrando la puerta tras de él.
Se acercó a Donnie y le abrazó de la espalda.

-Hola mi cielo hermoso.- Dijo Donnie con una sonrisa, mirado a Micky por sobre su hombro.

-Hola Donas.

-¿Que sucede? Te veo decaído.

-He estado pensando en algo, y no se si estarás de acuerdo..

-¿Que es?

Se sonroja. -Quisiera que tu y yo tuviésemos un hijo.

Se sonroja de golpe y se da la vuelta, recibiendo a Micky que se sienta en sus piernas.- ¿N-No crees que te adelantas un poco?

-Recién llevamos 11 meses, D... ¿Que ya no me quieres más? ¿Me abandonarás y me dejarás por Abril..?- Sus ojos comienzan a humedecerse. Se levanta.

-No digas tonterías.- Se para frente a Micky, con su pulgar le saca un par de lágrimas y le besa la frente. -Jamas dejaría de amarte, además, Abril fue solo una etapa de mi adolescencia, ya la superé. No la necesito a ella, te necesito a ti.

Micky abrió la boca para hablar, pero Donatello le besó, lo sostuvo de la cintura, mientras se inclinaba un poco hacia él. El ninja de naranja, cerró sus ojos y correspondió el beso mientras se ponía de puntillas de pie y le abrazaba del cuello.

Pasaron varios minutos, ambos se separaron con un hilillo de saliva que los unía. Se miraron a los ojos por unos segundos, hasta que Donnie se dirigió a su cuello carnoso para saborear y marcar a su joven e inocente novio que reía levemente.

-Me haces cosquillas.- Río divertido.

Donnie se apego un poco más, mientras lamía y besaba su cuello.

Continuará...