PROLOGO

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Haníbal Hartman,

Estoy tan enamorada de usted, y usted ni siquiera se lo imagina. Lo amo tanto que para mí es más que perfecto, y todo comenzó con un pequeño pensamiento "creo que él me gusta". Estoy perdidamente enamorada de ese brillo en su mirada que deja a relucir una pequeña chispa de emoción cada vez que disfruta de algo, es como ver a un niño pequeño abriendo sus regalos en la mañana de navidad, de esa media sonrisa que se le escapa cuando quiere reírse, pero no puede porque no es apropiado. Mi amor por usted es tan grande que ni yo misma lo puedo entender. ¿Cómo comenzar a explicarle aquello que ni yo misma entiendo? Muchas veces comenzaba a odiarle por estar provocando en mi cosas que yo no quería sentir... porque se suponía que yo no tenía, ni debía, sentir nada por usted, pero fue en vano luchar contra este sentimiento, por más que hui de él, por más que negué este sentimiento, este término por atraparme. La razón por la que decidí decírselo es porque no sabía cómo contener ya más esto, pero ¿cómo decirle que al verlo para mí el mundo sale sobrando? cuando lo tengo cerca de mí no sé cómo reaccionar... el mejor ejemplo que puedo ponerle es uno en su propio idioma: es como si yo fuera una computadora, y usted un virus... cuando el virus entra en la computadora esta hace cortocircuito. Me gustan sus pestañas, y la ligera y delicada línea de sus labios que traza su forma de una manera tan delicada. Me gusta el color rosado frambuesa que estos toman cuando de manera inconsciente los muerde. Me gusta la manera tan suya de expresarse, el como todas y cada una de sus palabras parecen música perfecta para mis oídos, y ni hablar de su sonrisa ¿conoce la sensación que da estar recostado en el jardín mirando al cielo? ¿Alguna vez ha visto un atardecer en la playa? Pues la misma calma, la misma magia, pero puesta en sus labios en forma de sonrisa. Sé que me estoy arriesgando muchísimo al escribirle todo esto, de antemano sé que usted nunca me va a poder querer de la misma manera en que lo quiero yo, aunque claro, no le puedo negar que me encantaría poder verme a través de sus ojos y saber que piensa realmente de mí, poder saber si en algún momento ha sentido alguna clase de atracción por mí, por muy mínima que fuese. Me gustaría saber si alguna vez se dio cuenta de la sonrisa que me provocaba, y de cómo el simple hecho de tener una corta conversación por chat me cambiaba el día, el hablar con usted al menos un momento me hace feliz. Estoy muy consciente que todo esto es muy difícil de creer, pero tenga la certeza de que le quiero... y de muchas maneras. Son tantas las maneras en que le quiero que son muy difíciles de explicar, pero de una cosa si puede estar seguro, hasta el día de hoy lo quiero como nunca había querido a nadie, si en algún otro punto de mi vida pensé o creí estar enamorada, estaba completamente equivocada. No conocía la definición 'amor'... fue hasta el día en que me vi en sus ojos que lo comprendí, ese día en el que distinguí pequeños detalles que se suponía que yo no debía notar... pero era imposible no hacerlo, ¿Cómo no darme cuenta de esa chispa de niño que le destella cuando habla acerca de algo que le apasiona? Esa emoción que reflejan sus ojos, esa imperdonable sonrisa que se adorna de una manera tan linda cuando se le forman dos ligeros pocitos alrededor de su ella... fue en ese momento en el que me di cuenta que esa era la manera en la que le quería, sin que yo pudiese controlarlo, y sin que usted se diese cuenta. Solo Dios sabe cuántas veces le he hablado de usted a él, de este amor tan grande que siento por usted, con mis ojos llenos de lágrimas a punto de desbordarse. Al día de hoy ya no sé cómo seguir guardando este sentimiento por usted, no tengo idea de cómo puedo seguir ocultándolo, siento que he llegado al límite en el que ya me estoy muriendo de amor, al punto de decir que me estoy ahogando con el... al punto de sentir la necesidad de hacerle saber que para mí no existe ni existirá nadie más porque cada vez que lo veo me convenzo más y más que jamás podría ver a alguien con tanto amor como lo veo a usted. No tengo idea de cómo concluir con esta carta porque siento que no tiene ni la más mínima coherencia. Espero que algún día usted se pueda dar cuenta de lo que yo me di cuenta, que podemos ser perfectos el uno para el otro, pero comprendo que eso lleva muchísimo tiempo... y no quiero presionar el tiempo, porque ni siquiera creo que algún día vaya a pasar, aunque un sabio una vez me dijo que lo que no pudo ser algún día será quizá no en esta vida, pero en alguna sucederá, y me gusta aferrarme a esa idea, desde ese día la volví mi creencia, mi fe, y aprendí que el ser humano tiene que tener algo en que creer, esperanza, fe, algo que le diga que hay un tal vez, y esa es la mía. A pesar de todo, y a pesar de nada, yo lo quise, lo quiero, y lo voy a querer aunque estemos destinados a no ser. Yo le amo... le amo incluso negándolo, dejándolo ir, yo le amo incluso sin saber amar... y pese a que yo lo mire como a mí todo, y usted a mí me mire como si nada, quiero que sepa que es usted la manera más bonita que la vida me dijo que no todo lo podía tener. Y quiero que sepa que a pesar de los meses sin hablarle y sin verlo, yo lo amo y no importa cuántos años más pasen, cuántos hijos tenga, con quien se haya casado, no importa cuántos años tenga, o como se vea... yo siempre estaré esperando el día en que considere hacer una vida junto a mi... para hacerlo feliz.

Con amor,

Cara Di Stefano.

Soñé que me queríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora