CAPÍTULO 29

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Capítulo 29 |que llegues a ser mi alma, mi vida y mi pasión

— ¿Qué está pasando por esa cabecita tuya? —me pregunto Yessenia, y no pude evitar sollozar ante su pregunta.

Mi madre y yo habíamos venido a la universidad de San Diego a dar el último intento ya que me había resultado imposible acreditar la sección de matemáticas. Mi madre me decía que tuviera fe porque los milagros existían, y no lo dudaba. Sin embargo, yo tenía mucha muy mala suerte, y todo indicaba que no iba quedar aceptada en la universidad. Pero mi mama me había pedido un último intento, una última oportunidad. Yo ya estaba bastante cansada, estaba cansada de hacer al menos dos exámenes por semana y no pasarlos. Estaba cansada de estar dando absolutamente todo de mí y no ver resultados, era la cosa más frustrante de todas. A veces pensaba que se habían equivocado al elegirme el nombre ya que juntando todo lo que había llorado en apenas seis meses que llevaba el año ya había llorado suficiente como para que se hiciera otro mar.

—que ya no puedo... —le dije, soltando un sollozo al finalizar la oración— ya me siento agotada

—no Cara, no digas eso... danos unos minutos a mí y Michael, vamos a encontrar la manera de ayudarte... —me dijo ella, y mi mama me abrazo.

Mi madre estaba como cuchillito de palo, no me dejaba renunciar en ningún momento ni siquiera cuando las cosas verdaderamente parecían negras. Cada vez que volvía a la casa triste por no haber logrado acreditar la bendita sección de matemáticas ella siempre me decía "un último intento, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que repruebes y si eso pasa siempre lo puedes volver a intentar, no es el fin del mundo." Ni hablar de las veces que llegaba a intercambiar mensajes con Yessenia, ella igualmente me decía que siguiera.

Lo cierto era que le había tomado bastante cariño a Yessenia debido a que ella me había visto llorar más que cualquier otra persona que no fuera mi mama, y hablo de llorar, llorar. Claro, la mayor parte del tiempo me sentía bastante avergonzada debido a esto, pero simplemente no podía detener las lágrimas, esta universidad era uno de mis sueños más grandes de todos. Yessenia me miro y me extendió una caja con Kleenex la cual acepte sin dudar.

Yessenia recibió una llamada y se levantó de su asiento para recibirla. La observe entrar a uno de los privados junto con Diana y Michael.

Fueron los cuarenta minutos más torturantes de mi vida. Mis consejeros directos, Yess y Michael, salieron con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Qué paso? —pregunto mi madre.

—bueno, el martes vendrá una persona... Deborah, ella quiere tener una entrevista con Cara porque le contamos su historia y le parece una jovencita bastante interesante, y quiere conocerla, y bueno ella decidiría que pasara con Cara

Mi madre sonrió de oreja a oreja.

—muchas gracias Yess, no tengo como agradecerte todo lo que has hecho por mi hija eres como su ángel aquí

—no tiene nada que agradecer señora, estamos para ayudarla —le dijo Yessenia a mi madre, sonriéndole— ¿lista para el martes? —me pregunto a mí, con otra sonrisa.

La mire, y suspire profundamente.

—no, mejor no hagas una cita o algo, no quiero hacer la entrevista

Yessenia miro con sorpresa a mi madre, de manera rápida y después volvió la mirada a mí.

—Cara pero mira este ya sería el último...

— ¿intento? Siempre me dices eso, y ya estoy desgastada emocionalmente yo ya no puedo, ya no puedo —dije, comenzando a llorar, malditas lágrimas.

Soñé que me queríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora