Capítulo 09| solo le diría a la luna
Volví a leer mis apuntes mientras escuchaba como Kendra leía los suyos en voz alta, la miré por el rabillo de mis ojos, lo estaba haciendo para molestarme. Últimamente "bien" no definiría el cómo me había estado llevando con ella ya que nuestra compañera "Yaremi" había integrado nuestros grupo, y desde entonces Kendra y yo nos habíamos estado distanciando, diría mejor, llevándonos mal. Yaremi había estado con nosotras en secundaria, y había sido ella junto con Kendra quien más me había molestado, pero no era por eso que Kendra y yo no estábamos llevándonos muy bien. Yo había decidido poner un paso de distancia solo para estar segura que Yaremi no iba a acercase lo suficiente a mí, el abuso de Yaremi había sido un poco más físico que el de Kendra, por lo cual mis razones de estar asustada eran válidas. Analy me había recomendado no estar asustada, pero me resultaba un poco difícil conseguir no estarlo, por ello últimamente pasaba cada descanso con Gala y Channel, las chicas que habían entrado el semestre pasado. Sin embargo, esto le molestaba muchísimo a Kendra porque a ella no le caía nada bien Gala, pero yo no podía procesar el estar cerca de Yaremi, y ella y Yaremi habían estado haciéndose más unidas pese a que yo le había externado mis preocupaciones a Kendra. Suspiré resignada a que no podría estudiar antes del examen del profesor Haníbal, no quería ni siquiera salir mal, no me agradaba pensar que se diera cuenta que no lograba entender al cien por ciento los temas. Moví mi cuaderno y lo puse dentro de mi mochila tratando de ser muy delicada con mis movimientos para evitar molestar a Kendra. Andrea se giró y me sonrió abiertamente, estaba hablando con su novio por WhatsApp con el cuaderno abierto para decir que estaba estudiando, yo sabía que ella no necesitaba estudiar mucho era bastante inteligente y entendía lo temas a la primera.
Me sobresalté cuando vi entrar al profesor Haníbal por la puerta principal, sosteniendo su gigante teléfono en una de sus manos, y los exámenes en la otra como siempre tenía una flamante sonrisa pintada en sus labios, parecía alegre bastante risueño. Una sonrisa comenzó a dibujarse por las orillas de mis labios, pero en su lugar les puse presión para formar una delgada línea y así evitar sonreír.
—bueno chicos, guarden todo para comenzar el examen, espero que hayan estudiado
—ay profe, ¿de verdad nos va a poner el examen? —le preguntó Andrea, y pude notar bastante preocupación en su voz.
—si Andrea, de verdad se los voy a poner —le contestó el castaño sonriente, dejando el resto de sus cosas en el escritorio.
—ay profe... —le respondió Andrea como si le estuviera pidiendo algo, yo los miraba mientras terminaba de acomodar mis cosas para tomar el examen.
—y sepárense por favor, quiero el espacio de dos lugares entre ustedes —nos dijo mientras volvía a tomar los exámenes en sus manos, rodé mis ojos por inercia mientras contenía una sonrisa, me daba mucha ternura verle su lado estricto.
—ay profe, no sea exagerado —le contestó Bedolla, molesto.
Sin dudarlo obedecí lo que me pedía y moví mi lugar, sonriéndole a Gala mientras lo hacía ya que ella estaba a mi lado izquierdo. Le dediqué mi mejor sonrisa al profesor Haníbal cuando se acercó a darme mi examen e inmediatamente me reñí por mis acciones.
Al mirar la primer pregunta supe que ya estaba jodida, había pasado a valer tres pepinos fritos, no tenía ni la más mínima idea cual era la respuesta, y no pude evitar morder mi labio inferior al sentir lo débil que me vería al salir mal en el examen. Tenía que concentrarme, enfocarme en encontrar una respuesta bastante lógica para cada pregunta. Suspiré y me giré para ver a Gala, ella estaba con una mano en su frente mientras hacia un gesto de preocupación. Continué leyendo el examen de manera lenta para evitar distraerme, y me limite a solo responder aquellas preguntas que comprendía a la perfección, dejando las que no entendía para el final. Fruncí el ceño al darme cuenta que no me sabia un numero de preguntas bastante considerable, entonces descarte la opción de dejarlas en blanco, también deseché el pequeño pensamiento que se estaba comenzando a formar en mi pequeña cabecita de hacerle un par de preguntas al profe. Ni de broma, no iba a preguntarle nada, pese a que me daba confianza hacerlo no podía pedirle ayuda.
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Soñé que me querías
Teen FictionUna curiosa historia de amor contada a través de los ojos de una joven de dieciséis años, destinada a enamorarse de la persona incorrecta, su profesor. Conoce como Cara lucha contra ese gran sentimiento que crece en ella contra su voluntad, y como c...