CAPÍTULO 02

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Capítulo 02 | No soy yo a lo que ves

Febrero 13, 2012

Me desperté gracias a la fastidiosa alarma de mi iPod touch, rodé mi cuerpo sobre la cama quedando boca bajo y gruñí contra la almohada, pero que fastidio tan grande era tener que levantarse para ir a la prepa, y más a una que no te gustaba. Me estiré aún en mis sábanas y apagué la fastidiosa alarma. 6:00 am, era demasiado temprano para mí. Suspiré y noté que tenía un mensaje de Messenger, era de una de mis amigas más cercanas, Violeta. Fruncí el ceño al verlo y volví a bloquear el aparto, era demasiado temprano para ver leer tanto. Me levanté y fui a lavarme el rostro, volví a mi habitación y puse un video sobre como maquillarse como un tigre en YouTube, seguí los pasos del video y me di una mirada en el espejo.

—Ridícula—me dije, y me di media vuelta, dejándome caer sobre la cama.

Tomé mi iPod de nuevo y abrí el mensaje de mi amiga, me mordí el labio al verlo. Era un mensaje externando su preocupación por nuestra amistad, se preguntaba porque últimamente había estado tan cortante con ella, porque ya no le marcaba a su casa ¿Debería responderle? ¿Debería decirle porque estaba molesta? ¿Por qué estaba molesta? Ni yo sabía exactamente. Gema y Andrea me habían estado diciendo las últimas dos semanas que habíamos vuelto de nuestras vacaciones de invierno que Violeta no era muy buena amiga ¿sería eso cierto? Es verdad que parecía que no era la mejor amiga de todas, pero... ¿debería dejarle de hablar? No lo sabía, no podía tomar una decisión así tan a la ligera, y menos si se trataba de alguien a quien quería mucho. Al final le respondí que más tarde le llamaría, y me levanté de golpe al ver la hora, cortando por completo mis pensamientos. Entré a la habitación donde estaba la ropa que usaría ese día, nada complicado. Era "la semana loca" en mi colegio, o sea cada día deberías ir de algo distinto, hoy era el día de "animalitos" y había decidido limitarme a pintarme mi rostro de una manera bástate ridícula, pero usando el uniforme con un suéter de estampado de "una pantera en peligro de extinción", Jesús que ridícula era.

Volví a mi habitación y tomé mi mochila y la bolsa extra de mandado en donde tenía cosas de papelería. Era bastante ridículo tener que decir que me gustaba alguien solo para que no pensaran que yo era lesbiana.

Mi padre bajo, sin llamarnos, pero pude darme cuenta por el ruido de sus zapatos contra las escaleras. Mi hermano y yo bajamos y subimos al coche, mi hermana se había mudado a los Angeles California, con nuestra tía Rosa del Carmen, para terminar allí sus estudios. Mi padre se había terminado por convencer cuando se dio cuenta que era lo mejor, y que realmente no estaría tan lejos, solo estaba a una hora y algo de Tijuana. Llegamos a mi colegio y baje del coche despidiéndome de mi padre. Subí hasta mi salón y toqué antes de pasar, como siempre había llegado tarde.

— ¿puedo pasar? —le pregunté a la maestra Elisa, quien estaba dando su clase de valores.

—pásale ándale

Entré fingiendo una sonrisa y me senté en mi lugar, la maestra Elisa nos había dado la hora libre por lo que me dispuse a sentarme de manera más cómoda en mi lugar.

—Ándale wey, sigue haciendo la cajita para Justino —me dijo Gema, jalando mi cabello desde atrás.

Dejé caer mi cabeza sobre el mesa banco y suspiré.

—Ahorita —le dije, haciendo una mueca.

—Cual ahorita, ándale ya apúrate, mira Andy ya está avanzando la caja para su novio —me dijo Gema, tronándome los dedos.

—Es que no sé si se la quiero dar —le confesé.

Claro que sabía, no quería hacerlo y punto. Una cosa era decir que alguien si me gustaba, y otra completamente diferente el decir que quería decirle a esa persona. Yo no quería decirle nada porque no era completamente cierto que me gustaba. Él me parecía muy lindo y educado, y sería un buen candidato para novio, pero eso no quería decir que literalmente quería que el fuera mi novio. Tenía que aceptar que la mentira se me había salido de las manos por completo, no quería que llegase a tanto, simplemente quería convencer a mis amigas que no era lesbiana. Ellas estaban seguras que yo lo era por no haber tenido algún novio antes. La verdad, yo no veía nada de malo en no querer un novio, ni tampoco no haber tenido uno antes, quiero decir en su momento había estado interesada en salir con Ismael, inclusive le pedí permiso a mi mama, pero después de platicarlo con ella supe que podía esperar.

Soñé que me queríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora