Capítulo 24 | darlo todo es poco
Volví a bostezar mientras veía al señor Miller hablar, estaba reviviendo la clase del día anterior por lo cual no lo consideraba de suma importancia. Tenía en mis pensamientos en otra parte completamente lejana a la clase del señor Miller, una de ellas era lo extraño que me había estado hablando y viendo Felipe últimamente, no había hecho el gran comentario debido a que cada vez que sacaba el tema mis dos amigas decían que yo le gustaba y la verdad no estaba lista para enfrentar eso. Lo segundo, era acerca como también algunas veces atrapaba a Miguel viéndome desde lugar, al otro lado del salón, mientras creía que yo no me daba cuenta. Estaba en una situación bastante incomoda y no sabía exactamente cómo reaccionar, usualmente los enfrentaría... pero estoy corta de, ¿pruebas? Además, no estaba lista para enfrentar eso. Estaba algo cansado con eso de personas tratando de conocerme.
-bien, ahora quiero que se junten en parejas a discutir el siguiente video que les pondré -dijo el señor Miller.
Mierda mil veces, siempre que hacían equipos de pareja a mí me terminaba tocando con Miguel. Irene creía que el señor Miller lo estaba ayudando con algo porque ya era mucha casualidad, y aunque al principio se me hizo una idea loca ahora si la estaba comenzado a considerar.
-Cara número tres -me dijo.
Si, probablemente Miguel le había pagado una buena cantidad de dinero.
Tome mi cuaderno, mi celular y un bolígrafo, y me puse de pie y me encontré con Miguel al centro del grupo, donde estaba el pasillo que separaba las mesas. Le sonreí y camine hasta la mesa del fondo que estaba a la izquierda. Él se sentó a mi derecha y me miro sonriente, haciendo que yo evadiese a toda costa el mirarlo de vuelta. Agradecí que el profesor apagase las luces y que oprimiese el botón "reproducir". Mantuve fija mi mirada en la pantalla pese a que estaba consciente que Miguel me estaba observando detenidamente a mí. Suspire y revise mi celular, no tenía señal de internet ya que solo me servía con red de Wifi debido a que era línea mexicana. Era ridículo tener que repasar los chats y fingir que veía algo importante, pero era mi única manera de salir de ese momento tan incómodo.
- ¿Qué celular es? -me pregunto Miguel, señalando el celular que estaba entre mis manos.
Parpadee varias veces antes de ser capaz de responderle.
-es el note ll -respondí, mirándolo para sonreír.
- ¿lo puedo ver? -me pregunto, gentilmente.
Lo mire con cara de interrogación y fruncí el ceño, ¿para qué quería mi celular?
-eh, si -le dije extendiéndole el celular- puede hablarme en español si sabe, ¿verdad?
-pero estamos aquí para aprender inglés -me dijo en tono serio y después me sonrió de lado- nah, no es cierto pero usted déjeme de hablar de usted
Forme una fina línea con mis labios y baje la mirada.
-es que...
-es que nada, no estoy tan viejo -me dijo, mirándome de manera acusadora- parezco un guapo joven de unos veinte años
No pude evitar sonreír ante su arrogancia.
-yo no diría eso... -le dije, desviando mi mirada hacia el frete.
- ¿Cuál es la contraseña?
- ¿para que la quieres? -le pregunte, sabiendo que se refería al celular.
-ya veras, ponla -me dijo, tendiéndome el celular, yo vacile pero al final hice lo que me pidió- gracias
- ¿no es nada? -le dije, dudosa y frunciendo el ceño.
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Soñé que me querías
Ficção AdolescenteUna curiosa historia de amor contada a través de los ojos de una joven de dieciséis años, destinada a enamorarse de la persona incorrecta, su profesor. Conoce como Cara lucha contra ese gran sentimiento que crece en ella contra su voluntad, y como c...