CAPÍTULO 01

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Capítulo 1 | Existías para mi

Septiembre 15, 2011

Me miré por última vez en el espejo antes de salir de la habitación, no debí haberme acostado con el cabello húmedo, me maldije por lo bajo para reprenderme por mis malas decisiones. El dormir con el cabello aun en un estado alto de humedad me lo dejaba más feo que de costumbre, pero el daño ya estaba hecho, y no podía hacer nada al respecto, ni siquiera dejarlo en una coleta. Resoplé contra mi reflejo y fui a buscar algo que ponerme. Precisamente hoy se me había ocurrido dormirme con el cabello húmedo. Hoy, el día que no podía irme "peinada" a la escuela. Entré en la habitación donde mi madre solía poner cosas que no tenían lugar en la casa, como maletas, cobertores, mi foto de quince años, me burlé al verla justo como cada mañana. Comencé a saquear el primer cajón del vestidor y logreé encontrar una blusa de color gris, busqué un top negro y unos pantalones a juego y procedí a ponérmelos, odiaba que nos permitieran ir vestidas sin el uniforme ¿Por qué complicarme si había uniforme? Volví a mi habitación de bastante mal humor y volví a mirarme al espejo, odiaba no poder usar maquillaje dejaba al desnudo todas y cada una de mis imperfecciones. Volví a refunfuñar ante mi reflejo y suspiré resignada, comencé a recorrer mi cuerpo con mi mirada ¿Por qué me habían elegido a mí? No había absolutamente nada especial en mí, no tendrían por qué haberme elegido a mí. Suspiré y aparté la vista de la chica rubia que se reflejaba en el espejo, solo iría a hacer el ridículo, y lo peor era que si había manera en la que lo hubiera podido evitar, pero no lo hice, y ahora estaba metida en este dichoso "certamen de belleza". En mi preparatoria festejábamos el grito de independencia de una manera bastante... especial, todo el bachillerato(o secundaria) se juntaba y comíamos juntos, como somos tan unidos, ja que ridiculez. Sin embargo, este año las cosas habían cambiado un poco, principalmente que ya no estaba en secundaria y habrían agregado un concurso de belleza al entretenimiento de la mañanita mexicana. Así es, yo entre todas las mujeres, que tampoco somos muchas, de mi clase había sido a quien le habían dado el privilegio de participar, y de tonta acepté.

— ¡ya vámonos! —oí gritar a mi papá, bajando por las escaleras.

Resoplé una vez más y consideré fingirme enferma, todo mundo lo creería yo jamás falto, siendo más específica, a mi jamás me dejan faltar. Según la ideología de mi papá esos días se cobran en la colegiatura, así que no tengo ese beneficio a menos que me esté muriendo, o que mi madre decida ser más buena que la madre teresa y se apiade de mí, pero todo pintaba que no iba a ser mi caso. El hecho de haberme prestado sus pendientes de bodas me dejaba claro el asunto. Tomé mi bolsa de color negro, tipo maletita, donde venía mi maquillaje necesario y una rizadora para que me peinasen, y salí de mi habitación. Corrí a la habitación de mi madre y me despedí de ella, me deseo suerte y le puse los ojos en blanco, no la necesitaba, y no lo pensaba por arrogante sino porque era la única concursante. Iba a ser la humillación del año, probablemente iba a ganar un premio por eso también.

Me subí al coche en la parte de atrás junto a mi hermana Olimpya para dejarle el lugar de enfrente a mi hermano mayor.

— ¿para que llevas tanta cosa Cara? —me pregunto mi padre, en tono de reproche.

Mi señor padre odiaba que lleváramos tanto "mugrero" a la escuela, él también era de la idea que solo necesitabas cuadernos, libros y lápices. Técnicamente eso es todo lo que necesitas, pero bueno, hay algunas que otras cosas que simplemente se necesitan por supervivencia.

— Ya sabes que para el concurso —le respondí con la esperanza que no fuese a burlarse de mí.

No respondió.

— ¿Por qué te preocupa tanto? Eres la única que va a concursar —me dijo mi hermano.

Le rodé los ojos, y mi hermana menor se rio de nuestra escena.

Soñé que me queríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora