Capítulo 36 | tienes que recordar el principio...
Marzo, 2016
Observe a mi hermana seguir pintando el libro de mándalas que le había regalado por sus diecisiete, sonreí al verla tan concentrada en lo que estaba haciendo. Mire a mi abuelita, quien veía una película en su celular.
— ¿no iban a ir a que Olympia le cortasen el cabello? —pregunto mi madre.
—pues sí, pero no me ha dicho nada —le respondí a mi mama— Olympiota, ¿vas a querer cortarte el cabello?
—si —dijo mi hermana, poniéndose de pie— ¿vamos ya?
—vayan ustedes —nos dijo mi mama buscando algo en su bolso— solo tengan cuidado al cruzar la calle, ten Cara para que paguen —me dijo dándome dinero.
—ay Aitana no dejes ir a las niñas solas —protesto mi abuelita.
—ay mama Lilia, ¿Cuáles niñas?
—yo voy con ustedes —anuncio mi abuelita, colgándose sus llaves en el cuello.
—no les pasa nada está aquí enfrente —protesto mi madre, pero mi abuelita la ignoro.
Cerramos la casa de mi abuelita y cruzamos la calle con bastante cuidado, saludamos a Lizzie cuando entramos al salón de belleza y tomamos asiento en la sala de espera.
— ¿Quién se va a cortar el cabello? —nos preguntó Lizzie, la dueña.
—Olympia —le respondí— déjala pelona
—si, aquí le cortamos todo el cabello —me siguió la broma Lizzie.
—no le hagas caso a Cara —protesto mi hermanita.
Reímos las tres y mi abuelita tenía el ceño fruncido.
— ¿Qué tienes? —le pregunte a mi abuelita.
—yo creo que si deberías cortarte el cabello chiquito —sugirió mi abuelita.
— ¿Por qué? —pregunto Olympia.
—no sé, yo creo que se te vería bonito
—¿tú qué opinas Cara?
Me le quede mirando unos segundos, mi hermana parecía muñeca, estaba hermosa como se veía.
—pues así te ves bien, pero opino que se te vería muy bonito
—entonces... ¿me lo dejo más cortito?
—unos dos dedos estaría bien... —sugerí, mi hermana ya tenía su cabello a la altura de los hombros.
—pero, ¿así como la otra vez? Un lado más cortito que el otro...
—se te veía bonito —le dije.
Mi abuelita y yo observamos cómo le cortaban el cabello, y después nos fuimos a comprar un "diablito", nieve de limón con chamoy.
Cuando volvimos a la casa mi madre estaba haciendo una llamada de trabajo así que nos dispusimos a sentarnos en silencio para esperar a que terminase con la llamada. Al momento de levantarme y tirar en la basura el vasito donde había estado la nieve sentí que mi celular vibro.
Fruncí el ceño ante el dispositivo, estaba vibrando de una manera desesperada. Deje en la mesa el vaso y tome mi celular en las manos preocupada de lo que pudiese ser, desbloquee el aparato con rapidez y me di cuenta que era mi mejor amiga quien me estaba enviando tantos mensajes.
Decidí llamarla.
— ¿amiga? —dije cuando escuche que había aceptado la llamada.
— ¡hasta que contestas!
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Soñé que me querías
Roman pour AdolescentsUna curiosa historia de amor contada a través de los ojos de una joven de dieciséis años, destinada a enamorarse de la persona incorrecta, su profesor. Conoce como Cara lucha contra ese gran sentimiento que crece en ella contra su voluntad, y como c...