Severus descubre la verdad:

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Al fin las clases comenzaron y con ellas las tareas y la rutina diaria. Julieta no volvió a sus andanzas nocturnas por miedo a ser descubierta otra vez por Snape y no tener tanta suerte. Menos mal que así lo hizo porque el hombre no se rindió fácilmente y siguió vigilando durante cierto tiempo. Quería sacarle la verdad a toda costa aunque tuviera que castigarla por un mes entero.

La chica en cambio seguía preocupada por su comportamiento, el profesor ya no la seguía por todo el colegio como antes y no entendía por qué. Por qué había cambiado. No tenían muchas oportunidades de hablar tampoco y también se dio cuenta que el profesor Snape tampoco buscaba esas oportunidades. Así que se sentía muy desgraciada y pensaba que se había olvidado de ella al aparecer la otra mujer. Estaba tan segura de ello que su humor había decaído mucho en ese tiempo.

Comenzó rápido febrero y el hombre estaba más preocupado porque veía que Julieta estaba muy triste y decaída, y una vez la sorprendió llorando sola en el patio del colegio pero cuando quiso preguntarle que le pasaba, ella huyó. Eso lo alteró un poco ya que no comprendía nada. No se daba cuenta que él era el causante de todo.

Uno de esos días empezó como cualquier otro... El tiempo estaba mucho mejor en esa época del año pero las brisas heladas seguían su curso. Julieta se levantó sin ganas y triste. Como le pasaba desde hacía un mes.

_Vamos, Juli. ¡Cambia esa cara!_ le dijo Leanne como de costumbre. Estaba realmente preocupada por su amiga y no lograba levantarle el ánimo por lo que ella misma muchas veces se sentía desanimada.

_No puedo. Es la única que tengo_ le respondió con sarcasmo.

_No le veo la gracia... ¡Mira! Hoy tenemos Pociones_ dijo Leanne sonriendo mientras sostenía el horario._ Lo vas a ver de cerca y...

_No me lo nombres_ le contestó Julieta de forma cortante, como siempre que su amiga intentaba hablarle del profesor.

_Aggggg.... Si le dijeras..._ se molestó Leanne.

_ ¡No!_ respondió Julieta y entró a la clase de Encantamientos que es a donde se dirigían.

Luego de la clase de Encantamientos les tocaba Pociones. Con excepción de las horas de las comidas era la única vez que lo veía y aun así iba a sus clases de mala gana. La tarea extra que tenía los sábados de pociones curativas había sido cancelada, sin explicación alguna. Otra cosa más que añadir al montón que acumulaba causantes de su estado de ánimo.

Luego de Encantamientos se dirigieron a las mazmorras donde siempre se daba la clase de Pociones que transcurrió como cualquier otra. Con la excepción de que el profesor Snape le llamó la atención por primera vez a Julieta ya que estaba tan distraída que iba a añadir el segundo elemento equivocado a su caldero. Su poción, que debía estar de un color azul oscuro, estaba verde y olía mal. Sin embargo a la chica poco le importó, y cuando el profesor le llamó la atención apenas si lo escuchó. Snape por su parte estaba preocupado por su conducta en clases. Siempre había sido tan entusiasta de sus pociones que ahora no podía descubrir cuál era el problema.

Luego de la clase fueron al gran comedor. Aunque Julieta sentía que su apetito había desaparecido pero se obligaba a comer por el sólo hecho de que debía hacerlo.

_Tienes cara de perro amargado_ le dijo alguien en el oído cuando estaba entrando al gran comedor.

_ ¡Damián!... ¿Cómo estás?_ le dijo la chica dándose vuelta.

_Se puede decir que bien_ le respondió con una sonrisa torcida. Un gesto que le hacía acordar mucho a Snape_ ¿Qué te pasa? ¿Preocupada todavía por lo que pueda estar pasando en el pueblo?

La historia de la princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora