Cerca del final:

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Las cosas de manera casi mágica volverían a estar tan bien como antes entre Julieta y Severus que eran sumamente felices. Las circunstancias adversas los habían unido como nunca antes. Lamentablemente no se podía decir lo mismo de las cosas del colegio. Luego de las vacaciones de pascuas volverían a perder a otro Gryffindor, Ginny Weasley no volvió al colegio en el tren, pero por suerte estaba escondida con sus padres y no pudieron capturarla como había sido planeado. Esto tuvo el mismo efecto en sus amigos que en el caso de Luna, empezaron a vengarse con todos los métodos que tenían a mano y últimamente eran muchos pero pronto los profesores Carrow comenzarían a cazarlos como animales uno a uno determinados a eliminar por completo al ED. Los chicos al verse acorralados y sin que nadie pudiera protegerlos comenzaron a desaparecer ocultándose en el colegio, gracias a Neville que descubrió una manera casi perfecta y nadie podía encontrarlos. En la sala de menesteres estaban a salvo.

_Esto ya no es Hogwarts... _ dijo desanimada Leanne al enterarse de que un par de chicos del ED volvía a ocultarse. Ya eran muchos y libres quedaban pocos.

_Y eso que tú no has tenido que soportarlo durante un año._ dijo Julieta tan desanimada como ella.

_Sí...._ confirmó Rose con un suspiro.

Estaban en la sala común de Gryffindor que parecía anormalmente vacía y silenciosa, todos estudiaban para los exámenes que se acercaban y las competencias interescolares. Pero mucho más se debía a que los alumnos de esa casa desaparecían día a día. Cuando Leanne se enteró que Julieta había quedado en el club de pociones y renunció no podía creerlo, pero al pasar el tiempo se dio cuenta de que las cosas no estaban para club de pociones. Se unió a la tarea que tenían muchos alumnos de torturar a los profesores Carrow desde el primer día que salió de la enfermería y pudo obtener una varita. Desde ese día Alecto Carrow se quedaba muda en clase tan a menudo que pensó que se estaba enfermando. Nunca notó que la señorita Pratt le lanzaba hechizos por debajo del banco cada vez que hablaba mal de los muggles. Odiaba a los hermanitos con toda su alma...

Estaban por bajar a cenar cuando un alumno de segundo entró muy nervioso y preocupado a la sala común. Las vio y se acercó a ellas rápidamente.

_Hay un niño encerrado en el despacho de Filch que está gritando. No he podido abrir la puerta... Le tiene que haber puesto un maleficio o algo_ les susurró para que nadie los oyera.

_Pero Filch no puede..._ dijo Rose.

_Lo sé... Creo que ha sido Carrow_ la interrumpió el chico.

_Bien, vamos a ver_ dijo Leanne sin pensárselo dos veces.

_ ¡Espera! Hay que avisarle a alguien del ED para que sepan a dónde vamos_ dijo Julieta y al ver que Lee iba a discutir agregó_ son medidas de seguridad.

_No hay nadie aquí, Juli, si perdemos más tiempo..._ intervino Rose.

_ ¡Está bien! Vamos_ dijo Julieta aunque un poco contrariada.

Salieron por el retrato de la dama gorda los cuatro y bajaron hasta el despacho de Filch. Al llegar al corredor se sentían los gritos y lloriqueos de un niño pequeño. Lamentablemente había un chico robusto y osco de Slytherin custodiando la puerta. Evidentemente para que nadie se acercara. En los últimos tiempos los Carrow tenían su pandilla de soplones y espías, y casi todos eran de Slytherin. Los cuatro chicos se escondieron rápidamente en un aula vacía sin que los vieran.

_ ¡Qué bien!_ dijo sarcásticamente el muchacho.

_ ¿Y ahora qué hacemos?_ dijo Rose preocupada.

_Tengo una idea_ dijo Leanne_. Pero necesito que vigilen que no haya nadie cerca.

_Bien, vamos_ dijo Julieta. Confiaba en su amiga y no necesitaba preguntarle qué iba a hacer.

La historia de la princesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora