La historia de la princesa

¡Terminamos!

Faltaba poco para las vacaciones de navidad y Julieta las esperaba con ansias, harta ya de las clases, del trato que le daban los profesores Carrow y de las continuas peleas que tenía con Severus. Quería tener tiempo para estar sola y descansar. Durante todo ese tiempo en el colegio nada había mejorado, más bien al contrario, las cosas poco a poco se le hacían insoportables. Rose seguía sin hablarle y Damián, aunque le hablaba de vez en cuando, seguía evitándola y la chica no entendía su actitud. Sus compañeros la esquivaban y cada vez se sentía más sola, la única persona que se le acercaba de vez en cuando era Luna. Pero habían dejado de invitarla a las reuniones del ED y sus compañeros de Gryffindor la miraban con desconfianza.

Y todo empeoraría de una manera casi trágica para ella en una clase práctica de Amycus Carrow. El malvado hombre había llevado a la clase a los terrenos cerca del castillo para practicar hechizos francamente repugnantes, en especial uno muy peligroso que consistía en lanzar fuego a su oponente y obviamente no podían practicarlo dentro del castillo. El clima era horrible, amenazaba nieve y hacía tanto frío que los chicos se mantenían juntos tratándose de darse calor.

_Bien, ¿ya están todos?_ comenzó la clase el profesor Carrow_ Quiero que se pongan en pareja.

Julieta odiaba cuando tenían que hacer eso porque nadie quería trabajar con ella, sin embargo esta vez fue Damián quien se le acercó para preguntarle si quería trabajar con él. Ella con una sonrisa le dijo que sí y pareció que entre ellos iba a ser todo como antes si no hubiera pasado lo que pasó.

_Quiero que practiquen el hechizo de fuego y el otro alumno lo tendrá que parar, tal como les enseñé la clase anterior.... ¡Sepárense!_ ordenó el hombre mirándolos.

Todas las parejas comenzaron a separarse muy nerviosos ya que el hechizo lanza llamas de por sí era peligroso y pararlo parecía una misión imposible.

_ Listo... ¡Comiencen!_ ordenó el hombre.

Al principio a nadie le salía nada, y de la mayoría de las varitas sólo salía humo, pero al avanzar la clase muchos hicieron progresos. El ambiente se tornó de pronto muy caliente y la verdad era que los alumnos más que aprender hacían desastres mientras que el profesor Carrow no ayudaba mucho y se limitaba a reírse de ellos. Prendieron fuego a un árbol el cual debieron apagar entre todos porque al inútil del profesor Carrow o no le salía o no sabía... Nadie lo supo nunca.

Mientras avanzaba la clase, todos notaron que el profesor Snape y la profesora McGonagall los miraban desde la galería del patio. Se veían bastante preocupados y discutían al haber un incidente. A Julieta el hechizo de llamas de fuego le salía muy débil y el que se supone que debía pararlo no le funcionaba para nada. Por lo tanto tenía todas las manos quemadas y llenas de ampollas lo que provocaba que Damián no dejara de disculparse preocupado. Mientras que a él le salía algo mejor el de fuego pero también tenía inconvenientes para pararlo lo que hacía que se pusiera de mal humor y que se enojara con la chica cuando su hechizo débil hacía que el lanzado por Julieta lo quemara. Así que en vez de unirlos otra vez aquella clase hizo exactamente lo contrario.

Casi al final de la clase de artes oscuras a la mayoría de los alumnos le salía el hechizo de fuego bastante bien excepto a Julieta que, aunque se esforzaba al máximo, no le agarraba el truco y sus llamas daban lástima. El profesor Carrow no dejaba de gritarle furioso y humillarla delante de todos, mientras que muchos de sus compañeros se reían de ella sin siquiera ocultarlo.

_ ¡No, Rosier! ¡¿No entiende lo que digo?! ¡Es una bruta! ¡No sé a qué pierdo el tiempo dándole clases particulares!_ gritaba furioso profesor Carrow.

Julieta roja de la vergüenza y de la ira, ya hacía cualquier cosa con la varita, pero ese comentario terminó por derrumbarla y más aún cuando vio que todos los demás se le reían incluyendo a Rose. Damián, que estaba de muy mal humor y lo descargaba contra la chica, esbozó una media sonrisa burlesca. Pero lo peor estaba por venir...