A la semana de no recibir noticias de nadie Julieta perdió la paciencia. Encerrada como estaba en casa sin poder salir ya la situación se le presentaba insostenible. A la única persona que había visto había sido a la señora Olive y al retirarse oyó como sus padres susurraban asustados algo que no pudo comprender. Sus padres no hablaban casi delante de ella y pronto comenzó a perder la paciencia. Hasta que un día tuvo una grave pelea con ellos.
_ Quiero saber qué está pasando_ dijo Julieta con decisión. Sus padres intercambiaron una mirada.
_ No está pasando nada, cariño_ le dijo su madre.
_ ¡Algo está pasando! Ni siquiera puedo salir y ver a mis amigos_ se enojó la chica.
_ La prohibición de salir a la calle han sido medidas que hemos tomado como precaución... _ explicó su padre. Pero su madre lo calló con un gesto.
_ ¿Cómo precaución de qué?_ dijo Julieta.
_ No tienes que preocuparte por nada..._ dijo su madre.
_ Pero... pero..._ balbuceó la chica.
_ Basta, Julieta. ¡No se habla más! _ la cortó su madre.
_ ¡Estoy harta de que me traten como a una niña!_ les gritó mientras se levantaba furiosa de la mesa en donde estaban cenando.
_ ¡No nos hables así, señorita!_ vociferó su padre.
Julieta salió corriendo y se encerró en su habitación. Descargó unas lágrimas de frustración hasta que tomó una decisión drástica. Luego esperó pacientemente sentada en la cama hasta que una a una todas las luces se apagaron y no escuchó más ruidos en la casa, entonces se levantó y salió por la ventana saltando tan silenciosamente como un gato. Afuera no se veía a nadie. Corrió por la oscura calle oculta por las sombras de la noche hasta la casa de su amiga Leanne, que no quedaba muy lejos. La casa de los Pratt era amplia y su fachada estaba pintada de blanco. En ese momento se encontraba oscura y silenciosa. Justo en la casa de en frente, del otro lado de la estrecha calle, estaba un muchacho aburrido sentado frente a la ventana del segundo piso.
_ ¡Leanne, despierta!_ dijo en voz baja golpeando la ventana muy despacito.
Apenas llegaba y tuvo que pararse de puntas para poder golpearla. Luego de unos largos segundos escuchó ruido dentro y se apartó a tiempo, ya que se abrieron las ventanas de golpe y apareció la cara somnolienta de su amiga.
_ ¿Juli? ¿Qué pasa?_ dijo bostezando mientras la ayudaba a pasar a su cuarto por la ventana.
Julieta trató de entrar apresuradamente pero con los forcejeos de Leanne que intentaba ayudarla, perdió el equilibrio y cayó al piso de la habitación de forma estrepitosa.
_ ¡Sssshhhhhh! Mis padres están en casa, si te descubren se van a enojar y...
Pero no terminó la frase porque de la ventana asomó una mano y la parte superior de una cabellera oscura.
_ ¡Ayúdame, Lee! No te quedes ahí parada_ dijo una voz de un muchacho.
_ ¡Damián!_ susurró Julieta.
Leanne sorprendida, lo ayudó a entrar al cuarto. El chico venía con un pijama y una bata oscura encima.
_ ¿Reunión secreta de media noche?_ les susurró con una sonrisa.
_ ¿Qué haces aquí?_ le dijo Julieta sorprendida.
_Nada, te vi desde la ventana y vine a ver si tenían noticias de algo_ dijo el chico.
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La historia de la princesa
FanfictionEsta historia trata de un posible destino del príncipe mestizo, de tres adolescentes que son enviados a un nuevo y extraño colegio, de aventuras, de amor, y de cómo una poción peligrosa les cambiaría la vida. ¿Habrá luz al final del túnel?