—¡He regresado! —Shannon aparece de repente—. Pero debo irme, Ansel me ha llamado. ¡Adiós!Y se va. Miro el reloj.
—Está bien, vámonos.
≈
Nadie ha venido hoy a comprar. Qué extraño. Normalmente viene gente sin parar todo el tiempo, debido a la buena fama de Sunny Flowers. Pero estas dos últimas semanas han sido la excepción, supongo. Mi tía se pasa el día encerrada en el invernadero negando su evidente depresión. Solo viene uno que otro cliente, lo que es nada comparado a la cantidad que regularmente siempre está presente.
Debería decir que me alegra, ya que odio tener que estar hablando con gente que no conoces, además de que exigen respeto cuando no han hecho nada para merecerlo. Todos son iguales. Pero no es así, me gusta que mi tía disfrute y tenga éxito en su negocio. Es su vida.
Con un bostezo, me dirijo a mi gaveta personal y saco una revista nueva. Ojeo unas páginas nada interesantes hasta que leo tips para cuidar tu piel y manos. Leo un rato, pero al poco tiempo me aburro y la vuelvo a guardar.
Miro a mi alrededor, aun sola. Zaid no ha salido desde que llegamos, no está distante, pero no me habla con el coqueteo de siempre, ni con la sonrisa que tanto odio.
Debo aprender a ser sincera conmigo misma. Suspiro. Él ha sido genial desde siempre. Me trata muy bien a pesar de que siempre soy borde. Recuerdo los besos inesperados que me ha dado... bueno, que nos hemos dado. Recuerdo su coqueteo, su mirada hacia mí, su forma de ser, tan segura y sexy. Los Macarons, el disco de vinilo...
Han sido pequeños detalles que han logrado tener un gran significado para ambos, aunque lo niegue constantemente. Zaid es adorable, siempre lo es. Sus besos son como suero de miel.
Ay, Dios. No.
Suspiro nuevamente. El chico está consiguiendo que me vuelva loca. Nunca me ha gustado sentir nada intenso por nadie, incluso reprimo mis sentimientos cuando de mi familia se trata. Porque no me siento capaz de aguantar otro duro golpe en mi corazón. No me siento capaz de amar otra vez.
El amor es como un reloj de arena; mientras se llena el corazón, el cerebro se vacía.
Y no cometo el mismo error dos veces.
Pero, muy en el fondo, sé que Zaid no me haría sufrir así, al menos no a posta. Estoy consciente de que la vida no es color de rosa, menos en el amor. Que siempre habrá altibajos y que no siempre estaremos de acuerdo en las cosas, por lo que habrá discusiones, lo que nos lleva al sufrimiento. Pero, también estoy consciente de que si evitas esas situaciones tan malditamente complejas, evitas el sufrimiento por causa de otra persona igual que tú.
Por eso y muchas razones, he construido la Lindsay ruda y borde que todo California conoce. He tenido una vida no muy bonita que digamos. He tenido que madurar antes de tiempo y vivir defendiéndome de la sociedad, en vez de jugar al té ingles con mis amigas. Tuve que aprender cómo defenderme de un violador, en vez de aprender que se siente el amor de madre. He tenido que memorizar como actuar delante de los demás, en vez de aprender a cómo hacer mis sueños realidad. Todos me juzgan por mi actitud, sin saber por qué soy así, qué me ha pasado.
Por ello y todo odio la sociedad. No sé cómo y por qué, con el tiempo, se ha creído Dios para juzgar a los demás sin ni siquiera conocerlos. Juzgando su portada sin leer el paraíso oscuro de la historia.
Me juré a mí misma no tener que ver con esas personas. Pero fue inútil, llegó Zaid y lo arruinó.
Es la primera vez que lo siento.
ESTÁS LEYENDO
Always Myself
Teen FictionElla estaba vacía y triste. llena de oscuridad. El era como la luz del alba, quien andaba iluminado todo a su paso.