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Dada las circunstancias es las que terminamos casándonos, creo que ser padres es la fase más dura de sobrellevar

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Dada las circunstancias es las que terminamos casándonos, creo que ser padres es la fase más dura de sobrellevar. No dejo de pensar en ello, lo observo dormir con una pierna fuera del sofá y la otra sobre el respaldar del mismo, roncando y puedo ver perfectamente la diferencia del señor de perfectos trajes e intimidante jefe, una chorrada más para fingir que es un encanto cuando parece que es un cerdo el que duerme ahora. Hasta pensaba que soy la primera persona en ver sus formas de actuar cuando está en casa, pero al recordar a Agatha no es así, ella fue y siempre será la persona que más conoce a Christian. El simple hecho de entrometerme en su camino ya es horrible.

Me pongo de pie de la mesa de centro para ir a la habitación, ya siento los parpados pesados, causando que me tropezase con el mueble y mi brazo izquierdo cayera sobre el pecho descubierto de Christian, él se remueve y gruñe sin aun despertarse por completo. Intento ponerme de pie lentamente, de forma minuciosa, pero de repente Christian sujeta mi muñeca. Pensé que me había descubierto, lo que había estado haciendo desde hace veinte minutos mientras lo observaba dormir, pero en vez de un regaño susurro mi nombre y se volvió hacia el frente aun dormido. Su cuerpo se balanceo hacia delante y accione rápido antes que su cuerpo cayera al suelo.

Respire hondo y trate de zafarme de su agarre, pero entre más lo intentaba el cubrió con ambos brazos el mío, como si se tratase de un peluche y el tratar se volvió en algo imposible, peor con el sueño amenazándome termine por caer dormida con la cabeza inclinada sobre el mueble.

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PoV Christian

Desperté tras sentir un fuerte dolor en mi espalda al haberme removido, las cortinas estaban descubiertas y la luz del sol entraba desde la ventana, no podía, aunque lo intentaba, abrir mis ojos. Bostece, sentí una suave y tersa mano, cuando abrí mis ojos me di cuenta que era yo, quien sujetaba con fuerza la mano de Anastasia. Seguía dormida cerca de mi regazo. La observaba sorprendido y aún más sorprendido de mí mismo. No recuerdo nada, creo haber estado dormido cuando ocurrió esto, ¿y ella que hacia? Pero algo extraño, es que no podía dejar de verla, tras la luz de mañana su cabello castaño parece brillar y cambiar a un rojo intenso maravilloso. En ese instante ella abre los ojos, parpadea dos veces y me descubre observándola atentamente. Ninguno de los dos pudo esquivar la mirada, parecíamos conectados por un breve instante hasta que me di cuenta de lo nervioso que me estaba poniendo y el calor que hervía mis mejillas me estaba delatando, me incorpore enseguida con el ceño fruncido y solté su mano.

-¡Joder! Mi brazo esta entumecido-renegó

-¿Qué hacías allí?

-es tu culpa. No dejabas de tartamudear mi nombre y te abrazaste a mi brazo-se puso de pie y me dejo con una excusa en el aire. Bueno, no sabía que decirle, no tenía nada para explicarle porque estaba pensando ella, lo cual se me hace raro hasta mí.

En ese momento tocan la puerta.

-¿Quién es?-pregunto mientras me pongo de pie y estiro mi cuerpo adolorido.

Eres Mia Y Mi Destino © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora