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Él se acercó, ella se quedó inmóvil, el solo la beso

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Él se acercó, ella se quedó inmóvil, el solo la beso. Anastasia contuvo los labios en los suyos y se echó para atrás. Ella solo contenía la respiración, experimentaba un calor abrasador, algo intenso que jamás había sentido con nadie. No sabía que hacer o como seguir dada las bajas experiencias en su vida. Aun borracha, no podía pensar más allá de lo que había enfrente de ella. El tipo se quedó inmóvil, cerró los ojos y suspiro. Ana se acercó y quito un poco de cabello castaño que cubría la frente del extraño ante ella. Ahora que podía verlo bien, tenía claro varias cosas. Los borrachos hacen estupideces, pero muchas veces dicen la verdad, la verdad de cómo se sienten. Y con sentía una tranquilidad, algo que no experimento con Dante como para dar el paso en aquella, pero no definida relación.

Y sucedió...Anastasia lo beso y el abrazo su cuerpo debajo de las sabanas...

-te necesito-fueron las últimas palabras que él dijo.

*****

¡Santo cielo! Mi cabeza, mi cabeza. Qué horror, no hay nada peor que esto. Nada peor que una maldita borrachera. ¡Jesús!

Quiero comer algo, necesito uno de esos dobles bien amargos de Ethan.

Me estiro y mi mano golpea algo que parece ser unos labios húmedos, algo mojado está rozando mi palma, ¿Qué es? Quiero abrir mis ojos, pero la maldita luz de la mañana... ¡Ya es de día! ¿Qué? Giro mi cabeza y me encuentro con alguien dándome la espalda.

-¡Hola preciosa! ¿Has dormido bien?-el chico se gira y ambos abrimos los ojos de par en par. Y grite, grite como loca. Y me di cuenta que el esperaba a otra persona, que yo no era "su preciosa".

-¡¿Pero qué mierda?!-grita él y yo trato a toda costa de obtener la sabana para cubrir mi cuerpo. El me escanea sorprendido y yo frunzo el ceño. Al descubrir que me veía se volteo y tuve la imagen definida en HD de su trasero. No está nada mal... ¡Detente!

-eh, tu...-achine mis ojos como si lo que veía fuera un trasero de un viejito, sin ofender.

-¿Qué?-al darse cuenta de lo que decía sujeto la almohada y se cubrió el trasero. Me sonroje hasta querer abrir las ventanas por el calor. No es lo mismo ver un trasero descubierto de un hombre en la mañana que decirle a un hombre que lleva la cremallera abajo. Ambos estamos sin palabras. No sé quien es el o que hago aquí en una maldita habitación de hotel, donde he perdido mi maldita virginidad con un total extraño.

Él quería decir algo pero, comencé a recoger mi ropa y me resguarde en el baño. Inmediatamente me cambie y al finalizar me mire al espejo. Estoy devastada, el maquillaje corrido por las lágrimas, los labios hinchados, ojerosa (no pase nada mal la noche), mis ojos están dilatados y la típica resaca. Bien, retiro lo dicho, esto es peor que un dolor de cabeza, mucho peor. Me lave la cara con abundante agua y jabón líquido, tome mi celular y no habían llamadas o mensajes perdidos. Esto es mucho mejor, ver que mi única amiga no se preguntó dónde estaba. Debe estarla pasando bien con Elliot.

Eres Mia Y Mi Destino © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora