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Boyce Fox

Aprieta fuerte y el espacio se condensa, se difumina delante de mi, pero de forma repentina me libera el cuello. Me froto la zona con cuidado y tueso.

Trago saliva para amedrentar el cosquilleo y el ardor.

-hay mejores formas- dijo excitado y foribundo. Salio de mi habitación envolviendose de una gabacha de medico.

¿Qué planea?

Lo voy a averiguar.

Me desconecto de los aparatos, y aunque sigo en un estado de estupidez por la anestesia, logro, a cuestas, incorporarme en la cama y apoyar los dos pies en el suelo. Cuando empujo mi cuerpo fuera de la cama el dolor me es insoportable para mantenerme de pie y caigo de cara al suelo. Las rodillas y las manos cuecen y hago un grito adolorido.

En ese momento, mi familia y Christian aparecen por la puerta. Se detienen de repente al ver mi estado y Christian se desliza en el suelo junto a mi. Toma mi cabeza y la apoya en sus piernas.

-¿Qué paso? ¿Qué hacez fuera de la cama?

No pude soportarlo más y me eche a llorar.

-él estuvo aquí- sollocé- Donovan estuvo aquí. Intento...- una vez que controle las lagrimas proseguí- intento estrangularme y dijo que haría algo.

Un dolor punzante, no fisico, taladro en mi pecho. La mirada de Christian se ensombrece, el músculo de su mandibula se contrae y sus cejas pobladas se marcan en una negativa.

-lo mataré.- musito. Mis hermanas se acercaron para ayudarme a ponerme de pie y de vuelta en la cama.

-Christian- mi tono de voz era bajo, solte un quejido y el vino hacia mi. Tomó mi mano y la acaricio entre ambas palmas.

-no dejaré que nada les pase.

-él dijo que habia otra forma, una mejor forma para torturarnos que matandome.

Y la resolución vino a mi mezclado con el sabor amargo de sus palabras.

-Teddy- abri los ojos como platos y en mi cuerpo se asento el peor de los temores.

Christian tuvo la misma expresión, sabiendo a lo que me referia y sin más salio corriendo del cuarto. Y Taylor, que se encontraba allí en ese instante, le siguio.

-llama a la policia mamá- le dije y me miro con el mismo temor, pero habia más reflejado en sus ojos, culpabilidad. Culpable de haber criado a un monstruo.

Mamá busca el telefono, pero se le dificulta buscarlo. Su brazo tiembla y no quiero que sufra más. No quiero que vuelva a tener otra recaida cuando por fin ha superado un estado critico.

-Megan, ayuda a mamá

-no, puedo hacer esto.- se porta quisquillosa cuando Megan insiste que necesita calmarse y sentarse.

-mamá- le reclamo.

-¿Que tan dificil es llamar a la policia?- tras su ironia se sienta y comienza a llorar. Anel y Megan se sientan junta a ella y la abraza.-mi nieto.

Eres Mia Y Mi Destino © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora