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Después de unos minutos en auto, Christian le pide a Taylor que detenga el automóvil

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Después de unos minutos en auto, Christian le pide a Taylor que detenga el automóvil. Observo por la ventana y se con certeza que faltan dos cuadras para llegar a la editorial.

—vale— musita mirando una carpeta con sumo interés.

— vale— repito y me cruzo de brazos. Al no ver que reacciono de alguna otra manera, más que acomodarme sobre el asiento. Me inspecciona con rudeza y deja la carpeta a un lado del asiento.

—¿no saldrás?— pregunta cruzándose de brazos al igual que yo.

—¿tu no saldrás?— repliqué

— este es mi coche — farfulló

— también el mío, no lo olvides mi amor— hago un puchero fingiendo estar muy dolida.

Sonríe con picardía y se muerde el labio, a lo que alivia el escozor con una lamida de lengua.

—soy el presidente, daré mala impresión si voy caminado y peor si tu sales de mi auto

¡Auch! No oculta que le avergüenzo. Maldito mezquino, arrogante y egoísta.

— peor será para ti— hago una pausa y repaso el dedo meñique por mis labios— ¿Que pensaría la gente de ti, cuando sepa que "tu" esposa, "embarazada" camine hasta el trabajo, teniendo un "marido" que puede llevarla en un cómodo y lujoso coche? — hago la señal de comillas con los dedos y sonrío por mi victoriosa jugada.

— eres manipuladora— contesta con carácter de rendición.

— solo me defiendo.

— ¿sabes que eso es una de las cosas que los hombres odian de una mujer?

Cambia de tema repentinamente.

De verdad, desearía acariciarte bajo la lluvia... ¡con un cable pelado!

— pues las mujeres odiamos a los tipos como tú

— sexys, lo se— ¡Que pretencioso!
No se como una persona así puede ser realmente humano.

— te preguntaré algo Christian, ¿Porque rayos me salvaste esa noche? ¿Que hice para merecer tu maldita lastima?— tras un breve silencio, salí del auto sabiendo la respuesta que quería. Soy una tonta al pensar que él podría tener, aunque sea un poco de bondad en el corazón.

Comencé a caminar con firme paso hasta una cuadra, sin mirar atrás, sin detenerme. Había ocasiones en la deseaba mirar atrás y saber que el me perseguía, que lo hacía, que no me dejaría ir así, que no dejaría las cosas así entre ambos.

¡Un total error!

Cuando me gire, el Audi en color negro ya no estaba, aunque Christian tuviese la mayor colección de autos, los conocía, pero al parecer a él no lo conozco bien.

Eres Mia Y Mi Destino © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora