Capítulo 8: ¿Hasta dónde llegarías por mi?

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Apolo había dejado a Cassandra en la villa de Hércules. Hércules y Mégara iban por delante de ellos dos, subidos en Pegaso.

Nada más ver a Cassandra, Apolo supo que ésta era una de las jóvenes que tenían su don.

-Cassandra, Hércules,Mégara, debo marcharme. Espero que la próxima vez nos veamos en mejores circunstancias- Dijo el dios del sol.

- Muchas gracias por todo Apolo- Respondió Hércules. Y vieron como Apolo se marchaba en su carro.

-¿ Esperamos a que venga Perséfone?- Pregunto Meg nerviosa- No me fio de que esté allí con Hades. Seguro que trama algo-

- No te preocupes Meg, están con mi padre, y él no va a dejar que Hades haga daño a Per. Además cuando venga lo último que tendrá ganas es de una charla..necesitará dormir, y sinceramente nosotros también- Contestó el semidios pelirrojo. Así que entraron en la casa dispuestos a descansar.

Antes de que Cassandra pudiese girar para ir a su habitación, Meg la cogió de un brazo y le dijo al oído: - Si tienes alguna visión avísame. Estando Hades de por medio las cosas sólo pueden ir a mal, creeme.- y se marchó con Hercules a su habitación.

Cassandra se quedó pensativa. ¿Debía contar a Megara su visión?

Hades iba con Perséfone hacia su carro. La tenía cogida por la cintura, cuando de repente éste se sintió débil y cayó, quedándose de rodillas en el suelo,y Perséfone tumbada completamente en el suelo.

-Lo siento Seph – Hades se levantó y la cogió de la cintura para ponerla de pie. -¿ Estás bien? Le pregunto el dios.

- Sí- Contestó Perséfone.- Todo lo bien que se puede estar cuando casi te mata un craken. Jamás nadie había hecho algo así por mi- Dijo Perséfone mirando fijamente a los ojos a Hades. Hades se sentía orgulloso.

- Ni creo que nadie haga algo así en mucho tiempo....- Dijo Hades con una sonrisa torcida. Ayudó a Pér a subir a su carro, y la cogió por la cintura. La miró y dijo: - Pero yo lo volvería a hacer-

La verdad esque Hades no había mentido. Si se volviese a dar la circunstancia el sabía que volvería a hacerlo. Aunque le costase reconocerlo tenía la necesidad de proteger a esa chica.

Perséfone sonrió y dijo:- Yo también lo haría por ti. Me enfrentaría al mismo Zeus si fuese necesario-

Los ojos de Hades brillaron. Todo estaba saliendo como tenía que salir.

Hécate estaba mirando su bola de cristal y no daba crédito a lo que estaba viendo. Esa chica parecía importarle de verdad.. Hécate no pensaba que Hades se iba a enfrentar así al craken. Pensaba que se centraría en intentar liberar a la chica de sus cadenas. Además hacia eones que Hades no luchaba en una batalla. Concretamente desde la batalla de los titanes.

¡Será estúpido! Pensó Hécate. Casi lo matan por salvar a una mortal. Y encima Zeus seguía sin castigar a Hades. ¡ Al tártaro tendría que haberlo mandado! Estaba claro que si quería destruir a Hades tendría que cambiar de estrategia..

Hades llegó a la cabaña de Perséfone. Todavía era de noche y estaba oscuro. Apenas había estrellas. Nada más bajar del carro cogió a Perséfone en brazos y abrió la puerta de su casa.

-¿ Qué haces?- Dijo Perséfone sonriente.

-Estás débil todavía, me voy a asegurar de que llegas sana y salva a tu cama- Le contestó Hades con una sonrisa.

Tras abrir varias puertas, Hades dio con la habitación de Perséfone. Le abrió la cama y la depositó con suavidad.

- ¿ Te leo un cuento nena?- Dijo el dios azul.

- Prefiero que me beses- Dijo Perséfone . Y le plantó un beso.- Me gustaría agradecerte lo que has hecho por mí hoy- y lo empujó hacia la cama.

Hades abrió los ojos. Estaba sudoroso. Había tenido otra de sus pesadillas. Miró a su alrededor y recordó... estaba en la habitación de Perséfone. Llevaría una hora durmiendo. Miró a Perséfone. Dormía como un tronco, ni se había inmutado. En el inframundo a veces cuando no podía dormir por las pesadillas tenía que recurrir a Hypnos para que le ayudase a descansar.

Observó a Perséfone. Hasta con el pelo alborotado estaba preciosa. Una sensación extraña empezó a adueñarse de el al recordar su plan... ¿ seria culpa? No podía evitarlo, se sentía mal por engañarla. ¿ Y si le contaba su plan? Al fin y al cabo el le estaba ofreciendo la inmortalidad.. Comenzó a dolerle la cabeza. Ni él mismo tenía claro cual era su plan. Lo primero que tenia que hacer era recuperar fuerzas. Y marcharse de allí, tenía que volver al inframundo a cumplir con el trabajo que Zeus le había encomendado.

Perséfone abrió los ojos.

-¿ Te marchas?-

- Tengo que trabajar nuez moscada. Ya sabes, el inframundo no cierra...- Dijo Hades con una sonrisa torcida.

La besó y le dijo:- No esperaba volver a verte tan pronto, aunque me ha encantado. La próxima vez que te vea te daré un regalo-. Y se marchó.

Hécate paseaba nerviosa por su zona del inframundo. Tenía ya pensado su plan. Si Zeus no quería castigar a su hermano, quizás otra persona querría...su propio hijo, el semidios pelirrojo. Hécate sabía que Hércules odiaba a Hades, y no tendría remordimientos en ayudarla a encerrarlo en el tártaro. Pero tenía que darle un motivo...

Hades y Perséfone una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora