La fiesta de los dioses transcurría ajena a los acontecimientos que estaban teniendo lugar en el inframundo. Hércules y Megara no habían acudido, y también estaba la ausencia de Hades y Perséfone.
Zeus recorrió toda la playa aver si encontraba a su hermano. No lo solía ver en toda la noche, excepto cuando llegaba, y en ocasiones cuando se marchaba. Pero esta vez Zeus no había visto en toda la noche al dios de la muerte, y eso no le gustaba. No le gustaba porque Hades tenía la obligación de asistir, como parte de su control.
-Querido, no he visto a nuestro hijo en toda la noche, ni tampoco a su prometida... creo que no han venido-. Dijo Hera a su esposo.
- Bueno Hera, Hércules no esta obligado a venir a estas fiestas si no quiere, sin embargo mi hermano Hades sí, y no ha aparecido... ¡ Me saca de quicio!- Contesto Zeus.
Hera miró hacia arriba mientras movia la cabeza. ¿ Cómo era posible que su marido fuese tan inteligente para algunas cosas, como engañarle con mortales y apañárselas para seducirlas, y fuese tan tonto e inocente para otras cosas?
-Zeus, querido, estas fiestas son por el compromiso de tu hijo y de Megara. Es extraño que no hayan venido, y más cuando no han faltado nunca.- Fue la respuesta de Hera.
Zeus se quedo pensativo. Esta situación no le gustaba nada. Cuando acabase la fiesta mandaría a Hermes al inframundo para ver que pasaba con Hades.
Horas antes en el inframundo:
Perséfone abría la boca dispuesta a dar un gran bocado a la granada del inframundo. Pero justo cuando su boca se iba a cerrar sobre la fruta de los muertos, Hades le tiro la granada de la mano de un manotazo.
-¡Noo! ¡No puedo.....! – Gritó el rey de los muertos.
Perséfone se quedó perpleja.-¿ No puedes que?-
-Yo... no puedo hacer esto... así no- Fue la contestación de Hades.
Perséfone no entendía nada. Le ofrecía una granada y acto seguido Hades se la tiraba al suelo y le decía que no podía. ¿Qué no podía que?
De repente los ojos de Seph se abrieron como platos. Detrás de Hades se encontraba Hécate con un pequeño cristal.- Sabía que no podía fiarme de que hicieses las cosas bien. Voy a tener que pasar al plan B- Dijo la diosa de la hechicería, mientras sin que Hades se percatase, le robaba su esencia vital.
El dios del inframundo cayó de rodillas al suelo sin percatarse de lo que estaba sucediendo.
Perséfone sabía que quedarse allí no era una buena idea, pero no podía marcharse dejando allí a Hades. Además,¿ de que iba a servir marcharse corriendo para huir de una diosa? No le dio tiempo a pensar más. Hécate la dejó inconsciente de un golpe en la cabeza. Y como disfrutó la diosa de la hechicería... - Te la debía- Dijo con una sonrisa, aunque sabía que Perséfone no la estaba escuchando.
En una celda del tártaro estaba Megara, ya consciente, y llena de odio. ¿ Como era posible que su hermana hubiese sido tan estúpida? No podía creerlo. Aunque quedaba la posibilidad de que no comiese la granada.... Meg descartó la idea. Por algún extraño motivo que escapaba a su entendimiento, a su hermana le gustaba Hades. Peor aun... estaba enamorada de Hades. Meg no comprendía como alguien podía amar a ese dios. Estaban perdidos...
Y entonces su mirada se lleno de terror.... Enfrente suyo se encontraban Hécate,Hades y su hermana, y su hermana estaba inconsciente con una herida en la cabeza...
Hécate los transportaba orbitando, y una vez llego a la celda, los lanzo violentamente dentro de ella.
Meg corrió hacia su hermana. -¡Perséfone ¡Perséfone!- La joven rubia abrió un poco sus ojos azules. Se sentía mareada y le dolía muchísimo la cabeza.
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Hades y Perséfone una historia diferente
FanfictionCuando Hades consigue escapar del vórtice de las almas, no se imagina que conseguirá el perdón de Zeus y que será invitado a una boda muy especial... Tampoco espera conocer a la mortal que será la persona más importante de su vida y le hará replante...