Capítulo 14: La granada

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Meg estaba en una de las salas de la gran mansión de Hércules. Estaba en una habitación con ánforas con diferentes pinturas y algunos grabados de piedra. Había algunas ánforas con pinturas de Hércules, y había una en concreto donde salían Megara, su madre y su hermana. En esa pintura Megara y Perséfone tendrían unos 11 y 10 años. La joven de ojos violetas no podía apartar la mirada del pequeño recipiente donde salía reflejada toda la familia que le quedaba. Su padre las había abandonado nada más nacer Per, o al menos eso era lo que su madre les había contado.

Por supuesto cuando Meg y su hermana eran pequeñas su madre siempre les decía que su padre estaba de viaje, que era un guerrero del ejército de Esparta y que su lugar estaba en el campo de batalla. Pero con los años las preguntas fueron aumentando y su madre les tuvo que contar la verdad. Tras el nacimiento de Perséfone su padre las había abandonado y la madre de Meg y Per, Cyrene, no sabía porqué.

La joven prometida de Hércules estaba muy preocupada por su hermana. Nunca había sido tan irracional y tan cabezota. Normalmente Per era una joven con la que se podía razonar y hablar las cosas. Pero respecto al tema de Hades... Meg había intentado hablar con ella sobre eso y daba igual lo que le dijese sobre Hades, sobre su pasado y sobre como era ( después de años de servicio Meg había llegado a conocerlo bastante bien). La joven rubia siempre lo defendía y encontraba argumentos para rebatir a su hermana.

Si bien es cierto que Meg tampoco había visto nunca así al señor de los muertos. Daba la impresión incluso de que se preocupaba por su hermana pequeña , incluso la miraba de manera diferente que al resto de seres del cosmos, con algo que parecía.. ¿amor?. Pero la joven de ojos violetas no se fiaba un pelo del señor del inframundo. ¿ Cómo iba a enamorarse el dios de los muertos de una mortal? Además Per era la hermana de Megara y la cuñada de Hércules, seguro que la estaba utilizando. Meg estaba dispuesta a averiguarlo, no iba a permitir que el señor del inframundo hiciese daño a su hermana.

El problema es que no podía hablar con el delante de Perséfone, porque sabía que ésta intervendría. Tampoco quería que Hércules se enterase, porque era bastante sobreprotector y no lo permitiría.

Si quería hablar con Hades sin que el joven semidios ni su hermana se enterasen, tendría que ir al inframundo ella sola... por suerte ( o por desgracia) Meg conocía el camino.

En el inframundo:

Hécate le estaba explicando su plan a Hades.

-Es sencillo. La chica toma la granada, queda ligada al inframundo. Tu chantajeas al héroe para que te entregue sus poderes a cambio de la chica. No son muy conocidas las propiedades de la fruta del inframundo, así que el no sabrá que si la chica pasa más de 6 meses fuera del inframundo morirá. Con los poderes de Hércules y los titanes tu...-

-Espera, espera, espera....- cortó Hades a Hécate.- La última vez pude liberar a los titanes porque mediante la alineación de planetas se abrió el mar en el punto exacto donde estaban encerrados. ¿ Cómo...?

- Quizás si me dejas acabar...- Dijo Hécate. – Está todo pensando. Recuerda que soy la bruja de la hechicería, puedo abrir el mar en el punto donde están encerrados. Con Hércules fuera de juego y los titanes no deberías tener ningún problema en conquistar el Monte Olimpo.-

Hades estaba muy serio. Esta era su última oportunidad. Si algo salía mal... bueno, no creía que Zeus fuese a perdonarle otra vez. Tenía que hacerlo todo bien.

La diosa de la hechicería observó al dios del averno. Estaba muy serio. Él sabía que no habría otra oportunidad, ni vuelta atrás... al menos ella se aseguraría que no habría vuelta atrás. Hades estaba expectante. Claro, ella no le había dicho aún que iba a pasar con la chica. ¿ Que tendría esa mortal que había despertado el interés de su señor? Normalmente Hades no se preocupaba de nadie que no fuese el mismo. Ni hacía tantas estupideces... luchar contra un cracken... ¿ Acaso se había vuelto loco? Si a Hades no le hubiese preocupado el destino de la muchacha todo habría sido mucho más fácil, por lo menos para el.... Porque Hécate iba a disfrutar de lo lindo. Si Hades tenía una debilidad aparte de su incansable deseo de salir del inframundo y dominar el Olimpo, era esa chica.

Hades y Perséfone una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora