Capítulo 39: Dos embarazos muy diferentes

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Meg se encontraba tumbada en la cama. Llevaba toda la mañana vomitando. No era tan fantastico como parecía eso de llevar a un semidios dentro. Su hermana estaba radiante con el embarazo, y encima su hijo tenía grandes poderes que incluso le habían salvado en alguna ocasión. Sin embargo los poderes de su futuro hijo consistian en provocarle malestar, nauseas, vomitos y un cansancio terrible. ¡Y eso que solo estaba de un mes!. Cuando viese a Perséfone tenía que hacerle un par de consultas.

-¿Como te encuentras bombon?.- Pregunto Phil, entrando con un cuenco de sopa en la habitación.

-Nada bien,sólo tengo ganas de dormir.- Meg miro hacia el techo.-Van a ser nueve meses muy duros.-

-No te desanimes encanto. Piensa que es normal que a una mortal le cueste llevar poderes divinos. Todo saldra bien.-

Meg puso las manos en su vientre. Todavia estaba plano. Y penso en un pequeño Hercules correteando por allí, provocandole una sonrisa, y dandose cuenta de que sólo por eso todo merecia la pena.

En el Inframundo:

Hades se acerco hacia Perséfone. Tenía muchísimas ganas de abrazarla. Habían pasado unos días sin apenas hablarse. Y tras su vuelta al vórtice de las almas se habia dado cuenta de que habían sido unos estúpidos. Si hubiese perdido a Perséfone, una parte de él hubiese muerto para siempre.

Pero nada mas acercarse Cerbero corrió hacia su amo, dandole lametones con sus tres cabezas.

-¡Esta bien chico!¡Vete a jugar un rato!.-

Perséfone no podía parar de reír. Cuando Hades le tiro una pelota con un dibujo de una calavera Cerbero corrió tras ella y el rey de los muertos se encontraba lleno de saliva de perro. Con un chasquido de sus dedos la saliva desapareció, y se acerco con una puntiaguda sonrisa hacia su prometida.

-¿Como te encuentras?:-

-Cansada y somnolienta. Pero eso se pasara, lo que me preocupa es que o quien me empujó.-

La cara de Hades se ensombrecio. Se acerco hacia Seph y le dio un abrazo, seguido de un profundo,largo, y lento beso.

Se separó de ella y habló:

-El indeseable que se atrevió a hacerte eso es Sísifo, un preso fugado del tartaro.-

-¿Los condenados al tártaro pueden fugarse?.- Pregunto la semidiosa con un atisbo de miedo en su mirada.

-No sin ayuda. Pero no te preocupes pequeña porque cuando encuentre a ese malnacido, va a desear no haber existido.-

-¿Y si escapa del Inframundo y llega a la tierra?. Ambos sabemos quien le ha ayudado a escapar. No creo que Hécate sea tan estupida de dejarlo campar a sus anchas para que lo capturen y la incrimine.- Respondio la muchacha.

- El Inframundo está en alerta. Te aseguro que nadie ha salido del Inframundo sin mi consentimiento jamás y eso no va a cambiar.-

Seph se tranquilizo. Ella habia estado en el tártaro en contadas ocasiones,y Hades quería que siguiese siendo así.

Posó sus pequeñas manos sobre los hombros del dios. Le miro fijamente. Le encantaba ver las reacciones que un simple roce provocaban en Hades. Acerco su cara poco a hacia la de él. Sus labios apenas los separaba un centímetro. Las pupilas del rey de los muertos estaban contraidas. Se humedecio los labios Seph, y aquello ya hizo que Hades no pudiese mas. La beso de nuevo. La agarro de la cintura y la beso profundamente. Una nube de humo negro aparecio y la pareja desaparecio de alli para transportarse al dormitorio.

Al día siguiente en el Olimpo:

Afrodita estaba en una de las reuniones de dioses. Los temas de aquel día la habian aburrido sobremanera.O puede que fuese porque estaba de mal humor. Psique habia pasado las pruebas. Solo le quedaba una prueba final que debia poner ella. Pero seguramente la pasaría también y acabaría casada con su hijo Cupido. Sus ojos azul oscuro estaban clavados en Zeus, que estaba diciendo algo, pero la diosa del amor tenía su mente muy lejos de allí. A lo que quiso darse cuenta Zeus dio por concluida la reunion, y el resto de dioses se levantaron. Acabó de un trago lo que le quedaba en su vaso de nectar y se levanto.

Hades y Perséfone una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora