Capítulo 42: Un nuevo habitante en el Inframundo

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Perséfone estaba durmiendo placidamente de espaldas a Hades. El dios había tenido una pesadilla y se había despertado, pero su prometida ni se había dado cuenta. La observo en la oscuridad, y se acerco más hacia ella, envolviendola con uno de sus brazos. Estaba ya casi de nueve meses, y Hades la encontraba preciosa.

-Seeeeph.- Susurró el dios en el oído de la joven. Por respuesta ella se volvio hacia él, enterrando la cabeza en su túnica. Era todavía de madrugada, y la semidiosa estaba muerta de sueño. Hades le paso un brazo por encima y le acarició el pelo, a lo que ella respondió con una sonrisa y un suspiro. Podrían haber estado los dos así horas.

Pero algo interrumpió ese agradable momento. Alguien estaba osando llamar a la puerta.

-¿Hades?¿Señor?.- Era pánico, que estaba llamando a la puerta sin atreverse a entrar.

-¡Espero que se este cayendo el tártaro en pedazos, porque si novas a acabar alli!.- Respondio el dios de fuego muy cabreado. Perséfone se incorporó. Sabía que tenía que haber pasado algo muy gordo para que Pena y Pánico les despertasen de madrugada.

Hades salió de la habitación, dejando a Seph en la cama. Ésta se vistió y salió hacia la sala del trono. Al llegar allí se encontró con un mortal.. vivo.

-Vuelve a la cama cariño, yo me encargo de este nuevo habitante del Inframundo.- Dijo Hades con cara de pocos amigos. Pero a Perséfone le sonaba aquel muchado... ¡Si era Orfeo! Era un músico famoso en toda Grecia, e incluso había tocado en la boda de Herc y Meg.

-¡Orfeo!¿Como has llegado hasta aqui y eludido a Cerbero?.- Preguntó la joven con curiosidad.

-Eso no importa porque ha ganado un pase permanente al Inframundo.-Respondio Hades de muy mal humor.

-Toqué mi arpa para dormir al perro de tres cabezas.-

Hades y Perséfone se miraron sorprendidos.

-¡Con lo pesado que se pone a veces y solo había que tocarle el arpa!Podrás hacerlo desde tu nueva condición de no vivo.- Respondio el señor de los muertos.

-¡Pena!¡Pánico! ¡A la laguna estigia con él!.-

-¡Solo una oportunidad!¡Quiero recuperar a mi querida Eurídice!¡Es mi esposa! Se que vosotros os vais a casar. Si fuera Perséfone..¿No harías lo mismo?.-

Perséfone siempre tocaba la fibra sensible de Hades y los diablillos lo sabían, así que se quedaron paralizados esperando nuevas órdenes.

-No puedo ir liberando las almas de los enamorados. Esto no funciona así. Ni puedo ir permitiendo que los vivos merodeeis por aqui. Te quedaras aqui para siempre.- Respondió Hades ya más calmado.

-¡Concedeme un trato!¡Os tocare una canción a Perséfone y a ti personalmente! Si no os gusta mandarme al tartaro.-

Hades realmente estaba muy cansado. Lo único que quería era volver a la cama. Iba a hablar pero Orfeo no espero contestación y comenzó a tocar. La melodía era realmente preciosa e intento reaccionar pero no pudo, ante esa música que sonaba ante él. Quería reaccionar, decirle a Orfeo que el que entraba en el Inframundo no salía, pero simplemente no podía hacerlo. Se quedó escuchando. Seph cerro los ojos, rememorando todos los momentos con Hades. Rememorando cuando le rescató de ser devorada por un craken, su primer beso, su primera noche en el Inframundo...

Hades aunque estaba luchando por no emocionarse lo estaba haciendo. Aquella música le recordaba todos los momentos vividos junto a Perséfone, que para más inri le cogio la mano.

Al rato la melodía terminó, y una lágrima resbaló por la mejilla de la semidiosa. Miró hacia su prometido. Lo conocía bastante bien como para saber que se había emocionado. Habían sentido lo mismo.

Hades y Perséfone una historia diferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora