capítulo 23

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Pov Ana

Nos encontramos en el avión privado de Christian, solo me dio a Teddy para hacerlo dormir, cuando despertó el lo tomo en brazos y desde hay no me lo ha dado, esta sentado al lado mio con nuestro hijo en sus piernas, jugando con su peluche.

-¿te puedo hacer una pregunta?- me informa sin dejar de ver a Teddy jugar con una sonrisa.

-claro- respondo sinceramente.

-¿porque aquella vez reaccionaste haci por esos grillos?- me regresa a ver y borro mi sonrisa, doy vuelta para ver por la ventana- Ana ¿hay algo?-

-sólo me dan miedo- mi mirada se nubla.

-no sabes mentir y lo sabes- suspiro frustrada, tiene razon.

-¿que quieres saber?- lo regreso a ver.

-no creo que solo haya sido por tenerles miedo Ana-

-no me gusta hablar acerca de eso- asiente.

-entonces hay una razón- frunce el ceño.

-claro, todo tiene una razón- no habla por lo que significa que tengo que hacerlo yo- mi padre...franklin murió en un accidente automovilístico- asiente- yo estaba en ese auto-

-¿que?- asiento.

-estábamos en camino a la casa de campo de mis abuelos, cuando aparecieron miles de grillos en el parabrisas, dejándonos a ciegas, escuchaba gritos, sonidos de ambulancia, luego...cuando desperté, papa había muerto- las imagenes llegan a mi de golpe soltamdo las palabras sin poder retenerlas. Para esto ya estoy llorando, siento los labios de Christian besando mis lágrimas.

-lo siento, no me gusta verte llorar- me da un beso suabe a lo que yo acepto, hasta que el beso se hace mas salvaje.

Posó mi mano en su pecho para detenerlo- Teddy- lo veo a los ojos, nos damos vuelta y lo vemos como nos ve detenidamente con su ceño fruncido.

-papi- esta enojado.

-dime campeón-

-que le ashes a mami-

-nada- Christian ¿nervioso? ¡si!.

-hey Teddy- lo tomo en brazos y lo siento en mis piernas- ¿que sucede?- sus ojitos se cristalizan y me abraza con sus pequeñas manitas, oh vamos, pense que habías olvidado esto Teddy.

Christian observa sin comprender- es celoso- le susurro, Christian asiente sonriendo- no llores- le digo a mi bebe, beso su mejilla- yo te quiero.

Me regresa a ver- ¿mucho?- restriega sus ojitos.

-mucho- lo vuelvo a besar y el sonríe.

-¿escuchaste papi?- lo regresamos a ver.

-¿que campeón?- hace como si no supiera de lo que habla.

-mami me quele- le saca la lengua y no podemos evitar reír.

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Hemos llegado al Escala, este lugar no a cambiado nada, Teddy camina a mi lado agarrado de mi mano y al otro lado de cristian.

-te mostraré tu habitacion campeón ¿quieres?-

-¡si!- mi pequeño salta de alegria, subimos las escaleras, Christian a cargado a Teddy.

-bien, será está- abre una puerta, la habitacion es preciosa, tiene una cama de carros, mesita de noche a juego con la cama, una habitacion que todo niño sueña- ¿te gusta?-.

-¡si! ¡quiero dormir!- reímos, Teddy quiere estrenar su cama.

-primero a bañarse chiquito- lo tono en brazos.

-¡no!- se cruza de brazos enojado.

-Teddy, tienes que hacerle caso a tu mama- lo regaña Christian.

-¡pero no quiero!- gruñe

-¿quieres dormir?- le comenta Christian.

-si-

-pues a bañarte- término la conversación.

Christian me indica la abitacion de baño y deja la maleta de Teddy en su habitacion. 30 minutos después, Teddy esta listo para dormir, no quería salir de la tina, quien lo entiende, esta con su pijama de galaxia.

Reviso mi celular y son nada menos que las 12:45, este día ha sido agotador, lo acuesto a mi bebe y un destello de luz alumbra su habitación, una lámpara, beso su frente- descansa mi amor-

-te quelo mami- va cerrando sus ojitos.

-yo también príncipe- salgo silenciosamente al pasillo.

Al salir me dirijo a la habitacion de Christian, no sin antes tocar, escuchando un pase.

-hola- lo veo sentado en su cama con su iMac.

-hola- me responde, se pone de pie dejando su iMac en la mesita de noche.

-te quería preguntar- tomó un poco de aire, esta cerca de mi- cual seria mi habitacion- alza la ceja.

-estás en ella- lo miro sin comprender, y ríe ante mi rostro- hemos tenido un hijo Ana, sabes como se crean los bebés, ¿no crees que puedes quedarte aquí?- no debe ser tan malo.

-bueno, iré a ducharme para dormir- doy vuelta para salir de la habitacion.

-yo no dije que dormiriamos- me da vuelta, no me da tiempo a responder cuando siento como su lengua invade mi boca, Dios mio, cuanto extrañaba esto.

Me apega a la pared, empujando su erección en mi feminidad, provocando mis gemidos- ah- Christian me calla con sus besos, lleva una de sus manos a mi trasero, apretandolo provocando más gemidos.

-recuerda que nuestro hijo esta al lado nena- me ve a los ojos juguetón, asiento, lo necesito, Dios lo necesito tanto- nena quiero estar dentro de ti, no podre aguantar más- sin mas, me desnuda, rompiendo mis bragas y mi brasier. Orgullo, a la basura.

Se quita su ropa, liberado su erección, lo quiero dentro de mí, ¡ahora! -enrosca tu cintura en mis caderas- hago lo que me dice y de un solo golpe me penetra, sintiéndome llena por dentro- ¡oh Ana!- espero que esto no escuche mi pequeño.

-¡ah Christian!- sigue con sus embestidas fuertes, mientras nos besamos, había olvidado lo bien que se siente, muerde, lame, juega con mis pezones.

-juntos nena- me corro al instante y a los segundos el, me lleva aún cargada hacia la cama- te dije que no dormiriamos- sale de mi y me da vuelta- no sabes cuanto te necesito Ana-

Qué? Como si tuviera otra elección… Y me penetra, hasta el fondo, y yo gimo ruidosamente. Se mueve, entra y sale a un ritmo rápido e intenso, empujando contra mi trasero que lo recibe gustosa. La sensación es más que deliciosa, cruda, envilecedora, devastadora.

Tengo los sentidos asolados, desconectados, me concentro únicamente en lo que me está haciendo, en lo que siento, en ese tirón ya familiar en lo más hondo de mi vientre, que se agudiza, se acelera. NO… y mi cuerpo traicionero estalla en un orgasmo intenso y desgarrador-¡Ay, Ana!-grita cuando se corre él también, agarrándome fuerte mientras se vacía en mi interior. Se desploma a mi lado, jadeando intensamente, y me sube encima de él y hunde la cara en mi pelo, estrechándome en sus brazos
-Oh, nena-dice.

Nos quedamos ahí tumbados, jadeando los dos, esperando a que nuestra respiración se normalice. Me acaricia el pelo con suavidad. Vuelvo a estar tendida sobre su pecho. Pero esta vez no tengo fuerzas para levantar la mano y palparlo. Uf, he sobrevivido. No ha sido para tanto. Tengo más aguante de lo que pensaba. La diosa que llevo dentro está postrada, o al menos calladita. Christian me acaricia de nuevo el pelo con la nariz, inhalando hondo. -Bien hecho, nena-susurra con una alegría- te haré el amor por toda la noche- dicho esto me besa, un beso salvaje y cariñoso a la vez.

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