capítulo 33

6.8K 391 9
                                    

Pov Ana

hemos dejado a Teddy con Grace, se emocionó tanto al verle, nos dijo que si queríamos se lo dejemos por una semana ¡no! No podría vivir sin mi bebé. Christian se detiene frente al bar fifty's y sonrió, esto me trae recuerdos.

Christian sale rápidamente y me abre la puerta, Mía ya nos estaba esperando junto con Elliot y su novia  -recuerda no tomar mucho Ana- descuida, estando tu aquí no podre hacerlo, le sonrió con inocencia -Teddy y yo dependemos de ti- Frunzo el ceño pero luego se a que se refiere, le doy un puño en el hombro y ríe.

-¡Ana! ¡aquí!- grita Mía al vernos entrar a través de la música, Mía corre a abrazarme obligándonos a Christian y a mi separar nuestras manos entrelazadas -¡que bueno que vinieron!- saluda a Chfistian con un fuerte abrazo y caminamos hasta la mesa.

Elliot y una chica rubia conversan a gusto al percatarse de nuestra presencia se pone de pie junto con ella-¡Ana!- me da un beso en la mejilla y un abrazo -¡hola bro!- gritan para que se los pueda escuchar.

-hola -nastasia, soy kate- sonríe amigablemente -la novia de Elliot- saco las garras muy rápido.

-tranquila- río -soy la novia de el- señaló a Christian que habla con el mesero.

-oh- se ve avergonzada, le sonrió para que se tranquilice y funciona.

-ya traerán los cosmopolitan- Christian se sienta al lado mio y entrelaza mis manos.

30 minutos después estoy bailando con Christian en la pista de baile, a nuestro lado kate y Elliot, Mía nos contó que llegaría un amigo suyo, y asi fue, esta bailando con el. Al principio a Christian y a Elliot no les gusto mucho la idea pero no podían hacer mucho.

-si te sigues moviendo asi te lo haré aquí mismo- gruñe en mi oído cuando frotó mi trasero con su ya creciente erección.

-¿y si quiero que lo hagas?- muerdo mi labio, sus ojos arden de deseo.

-suficiente- sisea me toma de la mano, le dice algo a Mía y me lleva al auto, no se cuanto he tomado pero no depende de mi, Chfistian pagaría ¡sería gratis! Es como si te pusieran la Nutella frente a ti.

Entra al auto rápidamente, vamos rumbo a casa de Grace, Christian aún estando cachondo no se olvida de Teddy, eso me encanta.

Teddy yase en mi regazo, esta profundamente dormido, Grace lo a consentido mucho y eso me costará a mi, se comienza a mover y rápidamente saco mi pecho para que no despierte, ahora no bebé.

Por suerte se duerme, Christian ve de reojo -hoy te dejare seca nena- sonríe con malicia y yo me sonrojo, ¡vamos! Ni borracha puedo dejar de hacerlo.

Llegamos al escala, Christian toma en brazos a Teddy y camina, vaya, si que está apurado, no aguanto más y tomó los tacones en mi mano, Christian no dice nada, sale disparado a la habitacion de Teddy mientras yo voy a la nuestra y comienzo a desvestirme.

-yo puedo hacer eso nena- dice a mis espaldas con voz ronca. ¿Recuerdan cuando dijo que me dejaría seca? ¡así fue! Una maratón de sexo de más de dos horas, estoy agotada -duerme dulce Anastasia- sin mas me dejo caer a los brazos de morfeo.

La chica que se parece a mí espera fuera frente a la puerta de SIP. Un momento... ella es yo. Estoy pálida y sucia, y la ropa que llevo me viene grande. La estoy mirando a ella, que viste mi ropa... saludable y feliz-Qué tienes tú que yo no tenga?-le pregunto.

-¿Quién eres?-

-No soy nadie... ¿Quién eres tú? ¿También eres nadie...?-

-Pues ya somos dos...no lo digas, nos harían desaparecer, sabes...- Sonríe despacio, con una mueca diabólica que se extiende por toda su cara, y es tan escalofriante que me pongo a chillar.

-¡Por Dios, Ana!-Christian me zarandea para que despierte. Estoy tan desorientada. Estoy en casa... a oscuras... en la cama con Christian. Sacudo la cabeza, intentando despejar la mente -Nena, ¿estás bien? Has tenido una pesadilla-

Enciende la lámpara y nos baña con su luz tenue. Él baja la vista hacia mí con cara de preocupación. -La chica-murmuro al recordar lo soñado.

-¿Qué pasa? ¿Qué chica?-pregunta con dulzura.

-Había una chica en la puerta de SIP cuando salí esta tarde. Se parecía a mí... bueno, no- C ristian se queda inmóvil, y cuando la luz de la lámpara de la mesita se intensifica, veo que está lívido.

-¿Cuándo fue eso?- susurra consternado. Se sienta y me mira fijamente ¿que sucede?.

-Cuando salí de trabajar esta tarde. ¿Tú sabes quién es?- y reconozco que me da miedo su respuesta.

-Si- Se pasa la mano por el pelo.

-¿Quién?- Sus labios se convierten en una línea tensa, pero no dice nada.

-¿Quién?-insisto, necesito saber.

-Es Leila-Yo trago saliva- una ex sumisa- ¡La ex sumisa!.

-¿la numero 15?- susurro con horror.

-Si ¿Dijo algo?- parece angustiado, ella le puede dar lo que yo nunca le di, lo que a él le gusta.

-Dijo: «¿Qué tienes tú que yo no tenga?», y cuando le pregunté quién era, dijo: «Nadie»- Christian cierra los ojos, como si le doliera.

¿Qué ha pasado? ¿Qué significa ella para él? Me pica el cuero cabelludo mientras la adrenalina me recorre el cuerpo. ¿Y si le importa mucho? ¿Quizá la echa de menos? Sé tan poco de sus anteriores… esto… relaciones.

Seguro que ella firmó un contrato, e hizo lo que él quería, encantada de darle lo que necesitaba. Oh, no… y yo no puedo. La idea me da náuseas. Christian sale de la cama, se pone los vaqueros y va al salón. Echo un vistazo al despertador y veo que son las cinco de la mañana.

Me levanto, me pongo su camisa blanca y le sigo. Me duele la cabeza, pero mandare a la borrachera a segundo plano por ahora. Vaya, está al teléfono -Sí, en la puerta de SIP, ayer… por la tarde- dice en voz baja. Se vuelve hacia mí y, mientras me dirijo hacia la cocina, me pregunta -¿A qué hora exactamente?-

-Hacia… ¿las siete y cuarenta?-balbuceo. ¿A quién demonios llama a estas horas? ¿Qué ha hecho Leila? Christian transmite esa información a quien sea que esté al aparato, sin apartar los ojos de mí, con expresión grave y sombría.

-Averigua cómo… Sí… No me lo parecía, pero tampoco habría pensado que ella haría eso- Cierra los ojos, como si sintiera dolor. -No sé cómo acabará esto… Sí, hablaré con ella… Sí… Lo sé… Averigua cuanto puedas y házmelo saber. Y encuéntrala, Welch… tiene problemas. Encuéntrala-Cuelga.

-¿Qué pasa?-pregunto con cariño. Él sacude la cabeza -¿No piensas contármelo? Suspira y cierra los ojos.

-No- vamos, que a mi se me ah aparecido en el trabajo, sabe como me llamo.

-¿Por qué?- me lo dirá, quiera el o no.

-Porque no debería importarte. No quiero que te veas involucrada en esto- pero ya es tarde.

-No debería importarme, pero me importa. Ella me encontró y me abordó a la puerta de mi oficina. ¿Cómo es que me conoce? ¿Cómo es que sabe dónde trabajo? Me parece que tengo derecho a saber qué está pasando- Él vuelve a pasarse la mano por el pelo, con evidente frustración, como si librara una batalla interior.

¿Contigo? Todo #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora