Capítulo 2

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Todo parece pasar en cámara lenta. Voy caminando con Aby, por el pasillo de la universidad, rostros conocidos y rostros desconocidos, cruzándose unos con otros, por en frente de mi, por detrás de mi, todos los días, misma rutina. Veo la boca de Aby balbucear, mis oídos están desconectados, asiento con la cabeza fingiendo escucharla, mi mente flota en un espacio desconocido, estoy aquí por inercia, aún no descubro que clase de ser humano soy.

De repente siento un choque fuerte contra la espalda de alguien, cuándo levanto la vista veo el pullover gris que cubre el miembro superior de la persona a la que acabo de atropellar. 

- Lo sient... -trato de decir, y mi mirada queda clavada en sus ojos negros cuándo voltea a ver quién fue la estúpida que no se fija por dónde va, es gracioso como debe bajar su vista hasta mi. Su ceño se frunce ligeramente, esquivo la mirada y me dispongo a caminar de nuevo, entonces lo escucho hablar:

- La próxima, fíjate por dónde caminas -me vuelvo a mirarlo, y una sonrisa muestra moderadamente sus dientes perfectos; ¿Se burla de mi?, la única reacción que tengo es la de seguir caminando, ignorándolo.

- ¿Que pasa contigo, Jade? -escucho la aguda voz de Aby

- ¿De qué hablas? -le digo confundida

- Olvídalo -me responde negando con la cabeza- estás en esos días donde no escuchas a nadie.

Dejo escapar un largo suspiro, tiene razón, pero debo concentrarme, aquello fue vergonzoso. Por primera vez, he oído su voz dirigirse a mi, su voz es grave y sensual... Esa sonrisa burlona y a la vez tan gentil que dirigió para mi, todo eso quedó archivada en mi mente. Me siento decepcionada de mi misma al tener sentimientos tan profundos hacia alguien, me deja sin el absoluto control sobre mi propio ser, y es frustrante, pero él lo vale.

- Mañana es la fiesta -le digo a Aby, tratando de entablar conversación y evitando que se vaya a molestar conmigo, detesta que no la escuche. Sus pequeños ojos se abren como platos, supongo que le asombra que le hable de la fiesta.

- ¡WOA! Un momento... ¿A ti que te pasa? -me dice entrecerrando sus ojos y yo dejo escapar una risa

- Aprovecha que estoy de humor -le digo sarcástica

- OH, si, claro. Pero ya que lo mencionas... iremos de compras hoy, necesitas un vestido, no permitiré que vayas con uno de esos -señala mis jeans y yo los miro para ver que tienen de malo, son cómodos.

- No usaré ningún vestido, lo sabes, fin de la conversación. -le digo alzando los hombros. Ella levanta sus cejas, y aprieta sus labios, ¡Ay, no! Ella no se dará por vencida, éste no es el fin de la conversación. Rayos.

- Te veo después, cara de ...

- Ya cállate -le respondo cortando su oración

Ambas tomamos direcciones opuestas. Voy a mi clase y tomo asiento; a partir de éste momento, la mañana corre y pronto llega la hora de salida.

Aby me espera en la salida, me toma del brazo, y comienza a balbucear de nuevo, entonces cierro con fuerza los ojos y trato de conectar mi cerebro, y lo logro.

- Conozco una tienda donde venden vestidos realmente hermosos, creo que te iría bien un tono obscuro...

- Iremos a ver un vestido para ti, sabes que no uso de esas cosas

- Oye, ¿al menos te probarías uno? -me dice poniendo de nuevo cara de perrito maltratado

- No puedo resistir a esa cara, deja de hacer eso -le digo riendo y ella me acompaña con risas.

La tienda de ropas es grande, el piso es de color blanco y el interior tiene algunas decoraciones en tono dorado. Vestidos cortos, largos, medianos, zapatos de tacones, blusas y faldas cortas, miles de accesorios de aquí para allá, ¡Que alguien me ayude a salir de aquí!

A veces pienso que debería haber nacido hombre, a veces también pienso que soy uno, pero con un reproductor sexual femenino. Aby está eufórica, siempre lo está, pero ama ir de compras como toda chica normal, trato de alcanzar su ritmo y ésta vez intentaré no morir en el intento.

- A ver, empecemos... -me dice mirando los vestidos- ¿que tal éste? -sostiene un vestido sin mangas ni bretel de color rojo obscuro, con un detalle plateado en el pecho, yo miro la prenda con los ojos muy abiertos y Aby sonríe de oreja a oreja.

  - Yo... -comienzo a decir pero me empuja hacia el vestidor y me tira el vestido. Empiezo a mirar el vestido asqueada, es decir, me voy a ver del asco, ésto no es para mi; decido que cuánto más rápido me lo pruebe, más rápido saldremos de aquí.

Empiezo a quitarme la ropa que traigo puesta y quedo en ropa interior, me pongo el vestido con cuidado, y prendo el cierre que tiene en el costado.

Cuándo me miro en el gran espejo que tengo en frente, quedo sorprendida de lo que veo, puede que sea algo exagerada, pero en mi vida recuerdo haberme puesto un vestido. El color del vestido coopera con el tono pálido de mi piel, se adapta perfectamente a mi cuerpo delgado, mis curvas son modestas, el vestido no es estrafalario, así que me gusta, aunque salir al público con ésto puesto me resulta vergonzoso, arreglo un poco mi cabello liso y castaño con mis dedos, mi cabello me llega hasta la cintura, creo que todo sienta bien para con éste vestido, me acerco un poco más al espejo para examinar mi rostro, y mis ojos de color miel brillan con cierta emoción, ésto es nuevo, y estoy acostumbrada a los cambios, mis labios carnosos están algo resecos, y de repente recuerdo aquel momento cuándo tuve que mirarlo a la cara tan de cerca, me tapo la cara con las manos, dejando un pequeño hueco entre mis dedos y sigo mirando mi figura reflejada.

- ¡Sal de ahí de una vez! -me grita Aby, y me sobresalto, así que abro la puerta y veo a Aby con un vestido corto al cuerpo de color negro, es genial, a ella le queda bien hasta una bolsa sucia de papas. 

Al verme, su boca toma la forma de una O perfecta, y lleva sus manos a su boca, cubriéndola, empieza a dar pequeños saltos en su lugar y contiene un grito agudo, yo no puedo hacer más que ponerme roja de la vergüenza.

- ¡QUIERO QUE LLEVES ESE VESTIDO! 

- Pero dijimos que... -le digo y ella me corta diciendo:

-Jade, ¿que tú estás demente a caso? ¿Has visto ésto -dice señalando a mi cuerpo- en el espejo? Te ves hermosa, por favor no me hagas sufrir, llévate éste -me dice poniendo cara de perrito maltratado

- Aby... -dejo escapar un suspiro de frustración- de acuerdo, pero sabes que te odio, ¿no? 

- ¡ME AMAS, LO SÉ! Y yo te amo a ti -me dice riendo y yo río con ella también.

A veces los cambios son buenos, y así como ella trajo un buen cambio a mi vida, quizá éste vestido lo haga también.

Bretel: Cada una de las dos piezas de una prenda de vestir consistentes en una tira de tela que pasa por encima del hombro y sirven para sujetar la prenda.

La virtud de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora