Capítulo 41

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Eran las 3:30 a.m y aún no podía conciliar el sueño, incluso Aby estaba dormida, incluso ella que después de haber visto la película de terror, consiguió dormir luego de suplicar que la dejara dormir conmigo, y ahora ella se encuentra pegada como una hiedra a mi cuerpo, prácticamente está encima de mi.

Pero eso no era lo que me impedía cerrar los ojos y sumirme en un profundo sueño. Era Tyler la razón de mi insomnio. Había pasado mucho tiempo después de aquel incidente en la playa, de aquel día donde él decidió dejarme, Tyler había tomado aquella decisión de forma impulsiva, sin pensarlo, sin buscar una solución, me dejó sin más... Fue eso lo que más me dolió que el hecho mismo de haberme abandonado, y luego aparece en mi puerta dándome una gran sorpresa que en el instante que lo vi, no supe identificar si era una buena o mala sorpresa, no sé como pasó, pero la habilidad de no mirar hacia atrás y seguir adelante, era mi mejor aliado desde que me convertí.

Había pasado toda mi vida siendo una humana amargada e insoportable, no quería perder el tiempo siendo así nuevamente, ahora solo quería solucionar los problemas cuánto antes y tener todo en orden, deseaba evitar los dramas, deseaba evitar tener problemas, deseaba ser mejor de lo que era antes, y ésta era una buena oportunidad. 

Después de un buen rato, mi mente se cansó de pensar en él, y en todo lo demás, mis párpados se sentían pesados, y al fin pude cerrar mis ojos e irme al mundo de los sueños.

(...)

- ¿Qué haremos hoy? -me pregunta Aby con su boca llena de cereales. 

- Hoy vendrá Tyler, simplemente... Te veré en la noche en tu casa -le respondo tomando asiento en la barra de desayuno. Aby deja de comer sus cereales y me mira con cara fingida de ofensa.

- ¿Me estás cambiando? -entrecierra sus pequeños ojos y yo suelto una risa.

- No. Te dije que iré a tu casa, solo pido medio día con Tyler -le digo riendo y ella vuelve a atacar sus cereales.

- Bien. Tendré que acostumbrarme, ha vuelto. -me responde con la boca llena. 


Si, Tyler había vuelto a mi vida, solo espero que ésta vez estemos juntos de verdad.

(...)

Me puse un vestido holgado de color naranja, unas zandalias a juego y acomodé con las manos mi corta melena, rocié algo de perfume en mi cuello y bajé a la cocina a buscar un poco de agua mientras esperaba que Tyler llegara. 

Eran las 11:35 a.m. Tuve que echar a Aby, no quería llevar su trasero de aquí solo para fastidiarme, era fastidiosa cuándo se lo proponía, pero a decir verdad ella había sido mi sostén en momentos de dificultad, solo espero que alguien pueda llegar a su vida y amarla de verdad. Y yo solo espero que mi ''alguien'', sea definitivamente Tyler.

Estoy apoyada por la barra de desayuno, bebiendo tranquilamente mi vaso con agua y pensando en tantas cosas a la vez, mis pensamientos aumentaron desde que me convertí y aún no podía controlarlos, aún no podía controlar algunas cosas que me ofrecía la inmortalidad, ser una vampiresa no es nada fácil.

- Mmm, hueles muy bien -doy un respingo al escuchar su voz detrás de mi, me abraza por detrás y en un acto reflejo a su gesto, inclino la cabeza hacia un lado, entonces él aprovecha e inhala el aroma de mi cuello. Su respiración me daba cosquillas y nuevamente su cercanía, y su tacto, me erizaban la piel.

- Es de muy mala educación entrar sin avisar. -le digo divertida.

- Lo siento mi lady -me toma de la mano y me hace girar hacia él quedando de frente.- Estás muy hermosa -me dice besando mi mejilla de una forma tan delicada que me hizo temblar por dentro.

- ¿Quieres que vayamos a caminar o quieres quedarte aquí? -le pregunto con una sonrisa tímida.

- Quiero quedarme aquí y continuar lo que dejamos en pausa a noche -me responde juguetón y yo lo empujo divertida y voy hacia la sala a tomar asiento.

- Quizás otro día, ahora deberíamos hablar -le digo frustrando sus planes.

- Soy un hombre muy paciente -me dice enarcando una ceja, y toma asiento a mi lado, yo dejo escapar un risa.

- Bien. -respondo dándole un beso en la mejilla.- Cuéntame como van las cosas por allá 

- Las cosas están empezando a caer en su lugar y tomar forma, aún hay cosas que pulir pero sé que podré lograrlo. -me dice con una ligera sonrisa y yo asiento orgullosa.

- Nada que sea realmente bueno es fácil de conseguir, lo importante es que lo estás haciendo bien y eso me alegra -le digo con una gran sonrisa.

- Lo sé -me responde, acariciando mi mejilla.- Quisiera proponerte un par de cosas -me dice en tono serio y yo asiento.

- Dime

- Si ésto lo hubiera hecho antes, ahora ya estarías mejor entrenada... -comienza a hablar y puedo ver la frustración en su rostro al emitir esas palabras.- Pero ahora ya no puedo cambiar eso. 

- ¿Dónde quieres llegar? -le pregunto impaciente

- Quiero proponerte que me des la oportunidad nuevamente de ofrecerte mi entrenamiento -me responde 

- De acuerdo. -le respondo con una sonrisa.

- Bien. Serán cuatro veces por semana, es lo mínimo. -me dice dejando formarse una sonrisa en su rostro.

- ¿son ejercicios físicos? -le pregunto haciendo una mueca. Odio hacer ejercicios.

- No exactamente, pero es parte del entrenamiento -me dice asintiendo.

- Está bien y... ¿dónde entrenaremos? -le pregunto curiosa

- Tendrás que venir al palacio conmigo, hay suficiente espacio allí, luego te regresas... cuándo hayamos acabado con los cuatro días por semana.

No me parece mala idea, de todas formas yo no tenía opción, tenía que empezar a controlarme, y definitivamente me costaba hacerlo sola, Tyler tiene mucha experiencia, y quien mejor que él para entrenarme.

- De acuerdo, me parece bien. ¿Quieres explicarme en qué consistirá todo el entrenamiento? 

- Se trata de dominar tu mente y los deseos de tu cuerpo, aunque no podamos hablar de almas, por que no la tenemos, hay siempre una vibra negativa y positiva en nosotros, debemos optar por la positiva para poder dominar la mente y el cuerpo. Solo serán ejercicios mentales, y poner a prueba la resistencia que tienes, no hay mucho que explicar, pero requiere de diligencia y esfuerzo. 

- Entendido -le digo levantando los pulgares y él sonríe

- También tenemos que descubrir tu don. Con el entrenamiento podrás descubrirlo -me dice muy animado

- ¿De verdad? ¿Tengo un don? -le pregunto sorprendida

- Claro, todos tenemos al menos uno, puedes tener más de uno. 

- Interesante y emocionante -le respondo con una risa

- Todo estará bien ahora, es una promesa -me dice, acercándose a mi, plantando un dulce beso en mis labios. 

La virtud de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora