Capítulo 26

1.9K 261 51
                                    

El sol ya no alumbra con su luz, se ha obscurecido, ahora es de noche, y me pregunto qué pasará con Jade en éstos momentos, me pregunto si el mal dejó de gobernar, hay muchas cosas que arreglar aún, detalles nada más. 

Por fin llego a casa, la angustia y los nervios están matándome -que ironía decir que está matándome ya que en realidad estoy muerto-. Bajo del auto, y entro a casa lo más rápido que puedo, nadie me recibe en el salón principal, y me pregunto dónde estarán Kate y Spencer, pero sin más cuestiones en mi cabeza, subo inmediatamente a la habitación de Jade, y cuándo entro a la habitación, ahí se encuentras los tres, Kate, y Spencer a cada lado de la cama, y Jade, quieta y rígida en la cama, lleva un vestido violeta, su aspecto demacrado hace que me rompa en mil pedazos, ¿la perdí? o, ¿vivirá? 

Kate y Spencer se alejan de la cama, y se paran uno al lado del otro, y ambos inclinan la cabeza ante mi, no me gusta ésto de las reverencias, es incómodo. Pero no puedo hablar ahora, solo quiero estar con Jade. Me acerco lentamente a la cama, y tomo asiento en ella, acaricio su rostro con suavidad, y su piel está helada, tomo su mano, y está dura como una piedra. Sus ojeras negras y marcadas bajo sus ojos, sus labios pálidos y resecos, se ve marchita. 

¿Cuánto durará la espera? No soporto ésta incertidumbre. Dirijo mi mirada hacia Spencer y Kate, y ellos me miran con los ojos muy abiertos.

- ¿Cómo pasó? -le pregunto a ambos. Creí que Jade aguantaría hasta que yo pudiera matar a Abraham, creí que se curaría sin la necesidad de beber mi sangre, sin que tenga que convertirse en alguien como yo, creí que al matar a Abraham, el espíritu ya no tendría cabida en ella, y estaría con los ojos abiertos, y una sonrisa en su rostro al verme regresar. 

Pero no, aquí está inerte, fría, dura, y con un aspecto terrible, y yo con la duda de si había funcionado el hecho de haber bebido mi sangre. Siento que haber matado a Abraham fue en vano.

- Tenía convulsiones, vomitaba todo lo que ingería, incluso agua, empezó con una fiebre muy alta, y la posesión comenzó mucho antes. -me responde Kate, con su voz suave.

- ¿La posesión empezó mucho antes? -pregunto incrédulo.- Pero si solo sucedían por las noches -añado.

- Al parecer no dependía de la hora del día, sino del estado físico de Jade. Ella estaba muy débil, y ya no soportaba los alimentos. -respondió Spencer ésta vez.

- ¿En qué momento le diste mi sangre? -le pregunto un poco inquieto. Si no le dieron mi sangre justo en el tiempo debido, pudo no haber funcionado. La idea me aterra.

- Cuándo llamaste, aún estaba con vida, estaba con la posesión, y en cuánto corté la llamada, logré que tragara tu sangre, un minuto después murió. Si pasaba otro minuto más, era posible que ella vomitara y sacara tu sangre de su sistema. 

- ¿Entonces puede que haya funcionado? -le pregunto a Spencer.

- Es posible. -me responde asintiendo. Dirijo de nuevo la mirada a Jade.

- ¿Cuánto podría durar la espera? -pregunto impaciente.

- No lo sabemos. Dependerá de ella. -responde Kate.

Me levanto de la cama frustrado, y salgo de la habitación. Siento los pasos de Spencer y Kate, detrás de mi, y escucho la puerta cerrarse. 

Quisiera que la paciencia sea una virtud mía, pero estoy a punto de ponerme a romper cosas, la desesperación se apodera de mi. La necesito despierta, la necesito ahora. 

¿Hubiera cambiado algo si yo hubiera estado aquí? ¿Si no hubiera ido hasta Abraham? Hay demasiada coincidencia, en cuánto maté a Abraham, unos minutos después murió Jade. 


- El espíritu que tenía poseída a Jade, estaba dentro de ella mientras yo maté a Abraham. -empiezo a decir, hablando quizá solo para mi, o quizá también para Spencer y Kate, el punto es que estaba analizando la situación, Una teoría.- El espíritu de Jade, estaba siendo retenido, mientras el espíritu maligno se hacía cargo de su cuerpo...

- ¿A qué quieres llegar? -escucho decir a Spencer, entonces lo miro.

- Quizá el haber matado a Abraham, haya hecho que Jade muriera. -digo finalmente, y Spencer me mira confundido.

-  ¿Tratas de decir que el espíritu maligno fue expulsado del cuerpo de Jade, al haber muerto Abraham? -me pregunta y yo asiento con la cabeza.

- Lo que significa que el espíritu de Jade puede hacerla revivir. -añade Kate y yo apruebo sus palabras.

- Solo que ahora como alguien de nosotros. -digo con una sonrisa. 

- ¿Y eso te agrada? -me pregunta Spencer con desdén. 

- Tenemos la inmortalidad, y poderes... ¿Qué más quieres? -le pregunto con suficiencia.

- ¿Te has preguntado si ella quería una familia? -me pregunta de nuevo. Y mi expresión cambia. Es cierto. Soy tan egoísta, ahora no podrá tener una familia por mi culpa. De todos modos no me habría arriesgado a perderla.

Son las 1:05 a.m, y decido volver a la habitación de Jade, no he subido desde que salí de aquí. Entro con cuidado a la habitación, y aún está allí, en su mismo lugar.

Me acerco a ella, y tomo asiento en la cama, a su lado. Y tardo en darme cuenta que las ojeras negras y marcadas ya no estaban bajo sus ojos, su cabello parecía sedoso y con brillo, ya no lucía reseco y opaco, sus labios estaban carnosos y rosados, toque su piel, y ésta se sentía tibia, Jade lucía mejor... En realidad, mucho mejor, ya no parecía estar enferma. 

Una sonrisa empezó a formarse en mis labios, ella estaba de vuelta conmigo, solo faltaba que abriera sus ojos.

La virtud de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora