Capítulo 20

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Abro mis ojos lentamente, mis párpados pesan demasiado, mi respiración es sumamente lenta, mi pulso es casi imperceptible. Cuándo enfoco mi vista, veo a Tyler, está sentado a lado de la cama donde me encuentro recostada, cuándo me ve despertar, una sonrisa débil se forma en su rostro, él toma mi mano, y yo sonrío. Estoy muy cansada, no comprendo que fue lo que pasó, me encuentro cansada mental y físicamente. El rostro preocupado de Tyler hace que me hunda cada vez más en éste abismo. 

- ¿Jade? -me llama Tyler en un susurro. 

- Hola -le respondo con una sonrisa débil. Entonces deja escapar un fuerte y largo suspiro, y cierra los ojos con fuerza, lleva mi mano a sus labios y me mira con esos ojos brillantes a pesar de la obscuridad de ellos.

- ¿Qué pasó? -le pregunto, con el ceño fruncido, algo confundida.

- ¿No lo recuerdas? -me responde con una pregunta, y yo entrecierro los ojos. ¿Debería recordarlo?

- No -le respondo

- El espíritu del collar. Por las noches posee tu cuerpo. -me explica en tono suave.

- Eso lo recuerdo, dime que pasó a noche -le digo impaciente

- Fueron las escenas más repulsivas y terroríficas que pude presenciar en toda mi vida, estoy seguro que es peor que el mismo infierno. Ver a la persona que amas en aquellas condiciones, es lo peor que puede suceder. -me dice con mucho dolor en su voz y empiezo a ponerme inquieta, aprieto fuerte su mano y le suplico con la mirada.

- Cuéntame, necesito saberlo -le insisto

- Tus gritos eran guturales, hablabas en lenguas y decías obscenidades, en ocasiones tu cuerpo se retorcía, y aullabas de dolor, Spencer trató de sedar tu cuerpo con hechizos, y durante unas horas estabas en calma, hasta que volvías con los episodios, a medida que la noche avanzaba parecía intensificarse, fue la noche más larga que viví. Esa no eras tú, Jade. Era el espíritu, utilizaba tu cuerpo.

Mi corazón empieza a palpitar con fuerza, me impresiona escuchar, me lleno de angustia y también de impotencia, al tener que hacer pasar por ésto a Tyler.

- ¿Por qué no posee mi cuerpo por la mañana? -le pregunto curiosa

- No tiene poder por el día, simplemente. La noche siempre es el momento perfecto para la iniquidad. -me responde, y acaricia mi cabeza, con una expresión dulce y compasiva, no soporto verlo tan débil.

- No me gusta verte así por mi culpa -le digo a punto de llorar, y la visión se me nubla debido a las lágrimas. Entonces Tyler abre mucho los ojos, y me levanta de la cama, y me acuna en sus brazos como una pequeña niña.

- Haré un plan hoy, para ir hasta Abraham. Te sacaré de ésto. -me dice con firmeza, y yo me acurruco más contra su pecho.

- Temo que te lastimen -le digo sollozando.

- No lo harán, tranquila. -me responde, pero yo no sé qué tan segura podría estar de esas palabras.

(...)

¿Jade que demonios pasa contigo? No coges el teléfono, ni respondes mis mensajes. Por favor deja de comportarte tan raro. -Escucho el buzón de voz en mi móvil. Es Aby, cada vez me siento más angustiada, no puedo ocultar ésto. Tengo que decirle la verdad, la extraño, la necesito, más que nunca. 

- Mis padres y Aby están preocupados -le digo a Tyler, quien mira hacia el jardín a través del enorme ventanal. Estoy sentada en el sofá de cuero negro del salón principal. Llevo una de sus camisetas negras, y un short minúsculo, pero qué demonios importa.

- No podemos decir nada sobre ésto. -me dice girándose hasta a mi, y viene hacia mi dirección.

- ¿y si me aseguro de que no digan nada? -le pregunto haciendo un intento.

- ¿Estás loca? -me dice abriendo mucho sus ojos y toma asiento a mi lado.

- Sé que Aby puede guardar el secreto, la conozco, Tyler, no puedo dejarla de ésta forma. -le digo suplicante. 

- ¿Tienes idea del peligro que corre? -me pregunta enarcando una ceja.- No insistas, nadie tiene que saberlo. -añade y yo me rindo en frustración, pero tiene razón.

- Al menos desearía ir junto a ella, antes de que llegue la noche. -le digo levantándome del sofá, pero él me estira del brazo y hace que caiga sobre su regazo, ambos sonreímos cuándo nuestras miradas se juntan, amo lo sexy que puede ser.

- Primero despídete -me dice, y se acerca a mi rostro. Por tercera vez, nuestros labios se juntan, nunca podré explicar ésta sensación, pero puedo permitirme decir que es magnífica, cada vez que sus besos abrazan mis labios, me siento completa, protegida, llena de amor. Algo que antes no sentía. Su forma de besar es sumamente lenta, como si cada segundo de éste acto, fuera el más caro y precioso del mundo, lo disfruta, y también lo disfruto yo.

- Cuándo regreses, tendré un plan listo, y lo llevaremos a cabo mañana mismo. No sé cuánto tiempo me tome lograr vencer a Abraham, pero me esforzaré por terminar con ésto lo más rápido que pueda. -me dice tomándome el rostro con sus manos.

- Está bien. Confío en ti. -le digo con una sonrisa.

(...)

Me miro en el espejo de mi auto, y creo que estoy bien aparentemente. Estoy estacionada frente a la casa de Aby, tomo una bocanada de aire, y salgo del auto y voy hasta su puerta, toco el timbre, y sale Aby a recibirme con un abrazo fuerte e inigualable, yo la abrazo aún más fuerte. La hecho de menos, echo de menos aquellos tiempos donde era feliz y no lo sabía. 


Iniquidad: Injusticia o gran maldad en el modo de obrar.

La virtud de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora