Capítulo 39

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Aby y yo nos hemos reconciliado, he conseguido que su ánimo se haya levantado un poco, comimos pizza y hablamos de un millón de estupideces, definitivamente nos hizo reír lo que decíamos, y admito que ésto me ha hecho más bien a mi que a ella, la extrañaba y odiaba con todo mi ser estar en una situación tensa y dispersa con mi mejor amiga.

Habíamos retomado nuestras charlas, nuestras salidas al parque, nuestros días de helado, comida chatarra y también las discusiones sobre que género de película veríamos, a ella le gustaba comedia romántica y a mi me gustaban de acción y terror, era insoportable discutir con ella, pero ya no me importaba.

La herida que había dejado el amor en nuestro corazón habían cicatrizado juntos, la de Aby y la mía, y dijimos que no nos volveríamos a enamorar, el romance apestaba. Pude notar que a la que más le costó superar fue a mi, porque yo de verdad lo amaba, y ahora no estoy segura de lo que siento por él, preferiría no saberlo, dejarlo estar era mi idea, con más tiempo, sanaría totalmente y ésto sería solo un recuerdo.

Ahora mi vida es dulce como la canela, como si fuera un jodido sueño, después de tantas lágrimas en las noches, creí que no podría superar, pero descubrí que fue posible, solo era cuestión de tiempo y paciencia. Habían transcurrido diez meses, y a pesar de que él no se dignó a llamarme, ni yo a él, ahora todo está mejor, al mirar por un breve momento hacia atrás, parece doler un poco, y rápidamente vuelvo a poner mi vista al frente, era mejor así. 

- Al fin terminó, ya estaba podrida -me dice Aby cuándo la encuentro esperándome en el estacionamiento. 

- Éste año fue más duro -le digo dejando escapar un largo suspiro. Subo a mi auto y Aby sube al asiento del copiloto. La facultad había terminado y solo quedaba un año más y recibiría mi título de abogada. 

- ¿Qué haremos ésta vez' -le pregunto. Aby enarca una ceja, yo enarco una ceja también, nos miramos y decimos al unisono:

- ¡NADA DE CHICOS! -ambas estallamos en risas y aprieto el acelerador. 

(...)

- ¿Qué tal si vamos a Las Vegas? -me pregunta Aby abriendo sus ojos con emoción, yo la miro con cara de pocos amigos, y ella se desinfla como un globo.

- ¿Entonces que haremos? -me pregunta de nuevo, sosteniendo su cabeza con su mano.

- Un día vengo a dormir aquí en tu casa, y otro día tú en mi casa, veremos películas, ya sabes... -le sugiero mi fabuloso y para nada aburrido plan de vacaciones.

- Es buena idea pero sería aburrido hacer eso todos los días -me responde desanimada. Bueno, tenía razón.

- Haremos algo justo en el día, es decir, algo al azar, lo que se nos ocurra. -le digo después de haber pensado unos minutos.

- Me gusta, me gusta -me responde acariciando su barbilla, muy pensativa sobre mi propuesta.- De acuerdo. -me dice estrechándonos las manos.

- Hecho.

- Hecho.


(...)

Cada día hacíamos algo diferente. Hoy se nos ocurrió ir al salón de belleza, queríamos cambiar de look, sentimos que un cambio de look daría como oficial el hecho de dejar el pasado atrás, y sería como empezar de cero. Otra vez.

El número cero se había convertido en mi favorito.

- ¿Qué harás con tu cabello? -le pregunto a Aby, algo nerviosa. De repente me dieron ganas de salir corriendo de aquí, ya no quería hacer nada a mi precioso cabello.

- No lo sé... Creo que pintaré mi cabello en negro -me dice sonriendo de oreja a oreja.

- ¿Estás loca? -le pregunto con los ojos como platos. El color de su cabello es realmente envidiable.

- ¿Qué tal si nos lo cortamos? -me sugiere entonces, entendiendo que su color era único y que haría una tontería.

- Eso suena mejor -le digo soltando una risa. Dos estilistas nos piden que tomemos asiento. Decidimos hacernos las dos un corte ''melena inclinada'', el largor especificamos por encima del hombro, un lado más largo que el otro, Aby pidió que le hicieran un fleco, y a mi me pareció buena idea, pero yo simplemente lo pedí sin fleco.

Unos treinta minutos después, ambas estábamos listas con nuestro nuevo corte. Nos mirábamos en el gran espejo, una a lado de otra, con grandes sonrisas, un gran brillo de emoción en nuestras miradas, lucíamos muy bien, definitivamente si alguien nos veía caminar juntas por la calle, se quedarían mirándonos con la boca abierta, y no es por presumir. 

Si, claro, presumida.

Lo único que nos hacía lucir diferentes, era el color naranja de Aby, y mi cabello castaño. Era emocionante el nuevo cambio.

- ¡QUE LINDAS! -chilló Aby dando pequeños saltos de emoción, no me di cuenta lo emocionada que estaba yo, hasta que me encontré dando pequeños saltos con ella, nos tomamos de las manos y saltamos dando círculos. Toda la gente dentro del salón nos miraban con sonrisas divertidas, incluso los dos estilistas que hicieron ésto posible.

Salimos del salón y subimos al auto, estábamos realmente excitadas, ésto era algo que jamás había hecho y no imaginé que se sentiría tan bien. Abrí el sunroof del techo del auto, y Aby se paró inmediatamente y sacó la mitad de su cuerpo por el sunroof, miré por un momento hacia ella, y tenía los brazos levantados, y una gran pero gran sonrisa en su rostro, subí el volumen de la música, y aceleré.

Me sentía viva. Otra vez.



sunroof: un sunroof para automóvil es una abertura fija u operable (que se abre como una ventana o se desliza) en el techo del automóvil.

  

La virtud de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora