2 de octubre 2016 (mañana y mediodía)

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Era de noche todavía cuando me desperté, me vestí y dejé mi equipaje listo para partir. Fui a la cocina y bebí una taza de café mientras miraba desde la ventana el océano estrellarse contra las rocas y la luna desplazarse silenciosamente hacia el horizonte.

Cerca de las cinco de la mañana Hedfors bajó de su habitación y con aire entusiasta me dio los buenos días y se sirvió una taza de café.

-¿Cuándo podré ver a Sophy?-inquirí tratando de no sonar altanera.

-Ah, ya en un momento baja.-respondió él alegremente sirviéndose una taza de café.

Fruncí el ceño sin comprender lo que acababa de decir.

-Ya. Pues Sophy ha estado en Gothemburg todo este tiempo.-explicó Hedfors.-Tenía ganas de pasear y le ha dado la noche antes de tomar el último ferry.

-Me puso somníferos en la cena, ¿no es cierto?-pregunté de nuevo sobándome la sien.-Es por eso que ayer dormí tanto y me dolía la cabeza. Para que no viera a Sophy partir.

-Sí.-reconoció sin inmutarse.-Hace unas horas hablé con ella. Ya le he explicado cómo han ocurrido las cosas. Parece estar de acuerdo, pero de cualquier forma creo que sería conveniente que tú también conversaras con tu hermana.

-Lo haré durante el viaje, descuide.

-No quiere que Lindblad resulte afectado con todo esto, así que me ha propuesto ayudarnos a mantenerlo a raya por su cuenta.-bebió un sorbo de café y me lanzó una mirada confidencial.- ¿Qué opinas con respecto a eso? Personalmente no tengo nada en contra de Lindblad, pero no creo que se resigne a que seas tú quien asesine a Bergling. Le es fiel como un perro.

-A lo mejor no lo es tanto, ¿sabe? Lindblad, al igual que Bergling, desea ser como nosotros. Yo creo que mi hermana es suficientemente capaz de manejarlo. Además, si Tim muere, la mitad de su fortuna pasa instantáneamente a la cuenta bancaria de Alessandro.-hice una breve pausa y sostuve su mano suavemente. -No hay de qué preocuparse. Todo va a salir de acuerdo al plan.

Tomamos el ferry y posteriormente el tren de Gothemburg a Estocolmo. Sophy llevaba unas gafas de sol y tenía la piel pálida. No abrió la boca hasta que nos sentamos una junto a la otra en el tren. Se alzó las gafas y echó un vistazo al asiento de atrás sigilosamente. Hedfors se había quedado dormido leyendo el periódico. Al lado de él también iban sentado los dos hombres de seguridad de Bergling quienes nos habían alcanzado en la estación de Gothemburg. Volvió a girarse al instante y me lanzó una mirada asesina.

-¿Te volviste loca o estás estúpida, Mara?-inquirió en un susurro.

-¿De qué hablas?

Sophy volvió a echar un vistazo fugaz.

-De que vas a matar a Bergling tú misma.-replicó frunciendo el ceño.

-Es eso o que Hedfors nos siga amenazando.-dije secamente.-Es lo mejor, Sophy. Así que trata de sacar a Lindblad de todo esto y ya

-Alessandro no te lo va a perdonar. Cuando sepa que has sido tú quien ha matado a su mejor amigo va a ir por ti.-siguió diciendo desesperada.

-Para cuando lo sepa yo ya estaré muy lejos.

-¿Con Christopher?-mi hermana me tomó con agresividad del brazo y me miró fijamente a los ojos.-¿Es en serio, Mara? Por favor dime que no es verdad que te vas a ir con él. ¡Él nos crió como si fuésemos sus propias hijas! ¡Es enfermo, maldita sea!

-Deja de juzgarme y limítate y hacer lo que te corresponde.

Me di media vuelta y dándole la espalda me recargué en el asiento para tratar de dormir un rato.

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