Nos dirigimos a la entrada del laberinto, pero como no, delante de la puerta se encontraba una hada. Adivinar que, así es, para poder cruzar aquel laberinto inmenso habían unas normas. Pero es lo más normal, porque cualquiera que se encontrará en un lugar sin casas ni vegetación, resumiendo un lugar muerto, se ha de encontrar con un guardián. NO ES JUSTO y tampoco es normal. Me estas diciendo que es más fácil escaquearse de una entrevista que de entrar en un laberinto, no es normal, no obstante no era un juego y eso me gustaba.
-Bienvenidos a mi laberinto. Yo me llamo Ariadna, mucho gusto. Me alegro mucho que queráis entrar en el laberinto arcano, sin embargo dejándolos pasar sin más sería demasiado aburrido además no suele venir mucha gente por aquí. Comprenderme por favor. - dijo haciéndonos una reverencia
-¿Cual es la condición?
Una pequeña sonrisa maliciosa se asomo en los labios de esa hada.
-Entrareis de dos en dos, mm pero sigue siendo muy aburrido - el tono del hada cambió radicalmente - Como he podido observar sois 7, asi que habra un grupo de tres. Las hadas y los duendes se deben quedar al margen. Ellos tomarán otro camino.
-Nia no podemos aceptar, seguro que es una trampa - le susurré
-Puede ser, pero no tenemos otra opción. Mientras tengamos eso no hay problema, aparte nos reunir en algún lugar - me susurro - Aceptamos - dijo bien alto
-Así, para que sea más justo que la suerte decida los grupos.
Un gran bol apareció en frente de la hada.
-Coger un papel cada uno.
Fui la primera en coger el papel acto seguido lo cogieron los demás, para ser sincera tenía miedo. Imaginaros si me tocara en el grupo de Vana.
-Muy bien, en los papeles que habéis seleccionado hay un número. Dirigios a su correspondiente acceso.
Las parejas fueron Vana, Nia y Break, Look y Hana y adivinar con quien me toco. No podía ser ¡Con Yunki! PORQUE. Solo había una posibilidad entre seis porque a mi pero pensándolo bien no es Vana, a si que salvada, sin embargo porque él.
-No te paralizarás de miedo, ¿verdad? - dijo Yunki burlándose de mí.
-Calla - dije dándole un puñetazo en el brazo.
-¿Por qué me pegas?
-Te lo mereces - dije sacándole la lengua.
Empecé a correr hacía dentro de ese inmenso laberinto pero me pare justamente en la entrada, una fuerte presencia me impedía seguir ¿Tenía miedo? No podía ser, el minotauro no nos iba a encontrar, pero aquella presencia me hacía tener la piel de gallina. Tenía miedo sin embargo no podía decirlo, mejor dicho no quería hacerlo, no quería dar un motivo más para que Yunki se burlará de mí. Así que miré al frente y avancé sin importarme nada.
-Eo espera - dijo Yunki alcanzando - ¿Acaso sabes hacía donde vas? Lanzandote sin pensar lo único que conseguirás será que te pierdas y si te encuentras con el minotauro....
-No me lo encontraré, recuerdas. Z-DI GI TAL - le dije marcando cada sílaba.
-Solo escuchaste lo que te intereso, piensalo bien, solo dijo que él no nos encontraría, no que no nos lo pudiéramos encontrar.
Al escuchar aquellas palabras me puse toda blanca, ¿Eso quería decir que nos lo podíamos encontrar? Empecé a temblar, tenía miedo, no quería avanzar pero lo tenía que hacer. Cada paso me costaba más. Todo era oscuro, no se podía ver ni a dos pasos de distancia, no habían ruidos solo se oían nuestros pasos que indican que nos estábamos adentrando, adentrando a ese lugar sin retorno. Empeze a tener miedo, mucho, quería huir, que podía hacer. No quería avanzar.
-Ahh - grito Yunki sin previo aviso
Del susto que me dio fui a parar al suelo. Yunki no paraba de reir.
-Te tenías que ver la cara - dijo acercándose -Qué risa ¿Yuïji? ¿Estas bien? ¡Ei! ¿Estas bien? No ha sido nada. Eo responde - dijo mientras me daba la vuelta - Lo siento no sabía que tuvieras tanto miedo.
Solo recuerdo estar paralizada de miedo, hasta sentir como unas traviesas gotas se escapaban de mis ojos, él me abrazó tratando de tranquilizarme.
-Perdona.
-¿Estáis bien?
Yunki y yo teníamos demasiado miedo para hablar.
-Tranquilos ya pasó.
Levante lentamente la vista, temblando ¿Quien me hablaba? Tenía los ojos tan acuosos que solo conseguía ver sombras. Me sequé los ojos lentamente ¿el por qué? era simple, apenas lograba moverme. ¿Estaba muerta? No ¿Quien me había salvado? ¿De quién era esa voz? ¿Era Meru? ¿Meru había vuelto? No, ella no iba a volver. Pensando en eso no pude evitar llorar.
-¡Ei no llores ahora!
-¿Qui-qui-quien e-e-e-e-res? - dije balbuceando.
-¿No nos reconoces?
Después recuerdo que me ayudaron a ponerme de pie, seguimos el camino. ¿Quién eran? ¿Qué había pasado? Al cabo de un rato caí al suelo inconsciente mientras alguien gritaba mi nombre y una pared se alzaba interponiéndose entre mis salvadore, el chico que había sujetado mi mano y yo.
ESTÁS LEYENDO
El Juego de las Mil Cartas
Fantasy¿Nunca te preguntaste por qué en el colegio no hay clases divertidas? ¿Qué pasaría si una clase te llevara a otro mundo? Si acabaras separado de tus amigos, ¿qué harías? Si quieres saber que haría yo, acompáñame durante este viaje en un mundo de jue...