─¡No! ¡Vuelvo a hacer tarde! ─ grité al dirigir mi mirada al reloj.
¿Cómo era posible que el despertador no me sonara? Estaba segura de que lo había puesto. Es más, coloqué varias alarmas para evitar justamente esta situación.
─ Meru perdóname. ─ me disculpé una vez la alcancé.
La noche pasada me había desvelado leyendo en Wattpad. Una aplicación que me había descargado recientemente. La verdad nunca pensé que una app de LECTURA se volviera mi adicción. Estamos hablando de libros, ni yo misma me puedo creer que me haya pasado horas y horas leyendo. Eso era científicamente imposible, o eso creía hasta ayer.
Llegamos a clase justo a tiempo, la profesora se había atrasado unos minutos por lo que me dio tiempo de sacar los libros y de quejarme por la hora entrante. ¡Historia a primera hora! ¡Primera hora! ¿A caso quieren que nos durmamos? ¡Quién en su sano juicio pone historia a primera hora!
Como me temía la clase fue larga y aburrida. Demasiados hechos para una vida. ¿A quién le interesa saber que hicieron unos políticos en el pasado? ¡Están muerto! Ya no forman parte de este mundo, deberíamos dejarlos descansar en paz en vez de estudiarlos. ¿De qué me servirá saber que la historia se repite una y otra vez? Solo nos sirve para darnos cuenta de que los que dirigen este país no se tomaron muy enserio estas clases...
─¡¡Por fin terminó!! ─ exclamé cuando el timbre, que anunciaba el final de la primera clase, sonó ─ ¿Meru qué toca ahora?
Debía admitir que no me sabía el horario. A ver era el segundo día, aunque tampoco tenía intención de memorizarlo. Durante los años pasados había aprendido a depender de Meru para todos esos asuntos académicos. Ya tenía suficiente con tener que memorizar los nombres de todos los de mi clase.
─ Ahora me toca francés. ─ contestó guardando de nuevo la agenda que había utilizado para mirar el horario.
─¡Qué rollo! ─ solté, ella me miró un poco ofendida. ¿Qué quería que dijese? ¿Qué divertido? Ni en sus mejores sueños diría que ir a clase de alguna lengua era divertido. ─ Si tú tienes francés a mí me toca...─ abrí los ojos al comprobar que me tocaba aquella extraña asignatura de misterioso nombre: Gyamburu.
Os seré sincera, si pudiera ya me habría ocultado bajo una piedra. No quería hacer esa materia, todas menos esa. Allí estaba completamente sola, mi clase y yo. Una clase en donde no estaban aquel par para alejar aquella desagradable sensación de soledad. Respiré profundo intentando alejar mis temores. Había decidido cambiar, era hora de hacerlo. Con ciertos nervios me dirigí a la clase 204. Dentro ya se encontraban varias personas hablando. Reconocí a varios compañeros de años pasados, pero pude comprobar que la mayoría eran nuevos.
La situación perfecta. Alumnos nuevos significaba nuevas oportunidades. Si acababan de ingresar era demasiado improbable que hubieran escuchado sobre mí, a no ser que mis excompañeros se dedicaran a arruinarme la vida, que también podía ser.
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El Juego de las Mil Cartas
Fantasy¿Nunca te preguntaste por qué en el colegio no hay clases divertidas? ¿Qué pasaría si una clase te llevara a otro mundo? Si acabaras separado de tus amigos, ¿qué harías? Si quieres saber que haría yo, acompáñame durante este viaje en un mundo de jue...