Hey, viejo amigo

Tres

Hey, viejo amigo.

¿Por qué será que solo nos damos cuenta de nuestros errores ya cuando es demasiado tarde?

A veces me pregunto porque decidí hacer lo que hice, alejarme de ti por buscar a una chica que apenas conocía.

No me malentiendas, Natalia me gusta, de hecho realmente estoy feliz de estar con ella. Aún no entiendo lo que pasó en esa fiesta pero estoy seguro de lo que siento por ella.

Es solo que... a veces creo que pagué un precio demasiado alto para poder estar a su lado, y aún lo sigo pagando.

Lo que me enfada es que ella no parece entenderlo.

Hoy por ejemplo, me distraje en el almuerzo y terminé mirando hacia tu mesa mientras ella me hablaba (sin caso, porque nunca volteaste hacia mi).

Eso realmente la cabreó, llegó a gritarme porque te prestaba más atención a ti, que no eras nadie, que a ella que era mi novia.

Quise decirle que si eras alguien para mi, por más que ahora yo no fuera nada para ti, pero no lo hice. Solo me calle y asentí.

A veces pienso que no entiende todo lo que perdí para poder estar con ella, pero aun así no puedo culparla. Porque no fue ella quien me pidió que lo hiciera.

Fue mi decisión.

Nunca creí en eso de que solo valoras lo que tienes hasta que lo pierdes, pero creo que ahora por fin comprendo a lo que se refiere ese dicho.

No es que no lo valores, sino que nunca esperaste perderlo.

Pero yo te perdí. Y aunque deteste admitirlo, sé que es solo mi culpa.

Tu viejo amigo.