Hey, viejo amigo.
A veces olvido que, aunque la felicidad sea una de las mejores sensaciones, casi siempre se va tan rápido como llegó.
Pero a la vida le gusta recordarme ese tipo de cosas de la peor manera.
De verdad estaba muy contento cuando te escribí la última carta (por más que casi me regaña el profesor). Estaba feliz de haberte obsequiado algo que apreciaras y sentía que, aunque no supieras que era yo, de alguna manera te sentías feliz de que te hubiera regalado aquella cámara. Ese pensamiento era todo lo que necesitaba, pensé que nada podía arruinarme el resto del día.
Ese fue mi primer error.
El siguiente ocurrió cuando hablaba con Natalia luego de que acabaran las clases. Estaba enfadada, bastante, por lo visto no le agradó que amenazara a sus amigos.
¡No lo podía creer! ¿Acaso a ella le parecía bien lo que hacían esos idiotas? Le dije que lamentaba haberla hecho enojar, pero que de ningún modo lamentaba haberles dicho lo que les dije. Alguien los tenía que parar.
A ella no le gustó nada mis respuesta, estaba frenética, no paraba de decirme que aunque lo que hicieran estuviera mal no podía tratarlos así porque eran sus amigos.
No quería seguir peleando con ella pero sabía que no escucharía nada de lo que le dijera, fue por eso que hice lo que hice. La besé porque no se me ocurrió otra forma de callarla.
No salió como esperaba, para nada.
En primer lugar, tú saliste justo cuando decidí hacerlo y pude ver casi tan sorprendido como tú como te congelabas en el acto. Te quedaste viendo unos segundos, sin decir nada y no sé porque aún así no me separé de Natalia. Solo sé que no quería verte enfadado por lo que veías, pero entonces tú solo parpadeaste y te alejaste como si no hubieras visto nada.
Y luego siguió la mala suerte cuando me separé de Natalia y ella me dio una cachetada. Seguía enfadada y me dijo que hablaríamos después.
Pero eso me da igual ahora, lo que me preocupó fue lo que vi en tus ojos cuando te fuiste. Parecías indiferente pero yo sé lo que vi, te conozco más de lo que crees, sé que en el fondo ver aquello te molesto.
Parece que he vuelto a arruinarlo todo, como siempre.
Tu viejo amigo.
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Hey, viejo amigo
ContoLas personas no comprenden el valor de lo que tienen hasta que lo han perdido. Y West lo ha comprendido de la peor manera. "Es difícil reparar algo roto, más aún cuando el que lo ha roto has sido tú". Secuela de "Hey, mejor amigo", se recomienda lee...