Hey, viejo amigo.
Estos últimos días las cosas han sido un poco incómodas en casa. Y ha sido así porque mamá ha querido hablar conmigo desde esa noche en la que me encontró en plena crisis mientras te escribía una de las últimas cartas. Y yo la he estado evitando.
En parte sé que estoy haciendo mal, que evitarla no solucionará nada y que debería sentarme a hablar con ella, pero no puedo hacerlo. Aún no estoy listo, no estoy preparado para lo que ella tenga que decir al respecto.
Y como si no tuviera suficiente incertidumbre encima, también está la otra cuestión con la que tengo que lidiar.
Por fin lo hice.
Aún no puedo creer que lo hice.
Cuando se lo conté a Max el tampoco lo creyó, incluso me preguntó si estaba seguro de lo que había hecho, si no me preocupaba que trajera más problemas. Le dije que me daba igual, había estado huyendo de esto por demasiado tiempo y ya no podía permitirme ser un cobarde. No después de lo valiente que me has demostrado que eres después de todo este tiempo.
Fue por eso que te envié todas mis cartas.
Las puse todas en tu casillero, hasta la última que he escrito —ni siquiera preguntes cómo lo he hecho, no quiero meterme en problemas con los profesores—. Y lo hice porque estaba cansado de esconderme de ti. Porque eso es lo que he estado haciendo.
Cuando te escribía las cartas, cuando traté de enmendar mis errores, cuando hice cada maldita cosa que se me ocurrió por reparar la relación que en algún momento tuvimos siempre lo hice a escondidas de ti, al fin me soy cuenta de ello. Lo hice así porque tenía miedo. Miedo de lo que pudieras pensar, de que quizás me dijeras que todo había acabado.
Pero estoy cansado de tener miedo, más ahora que por fin he resuelto lo que siento. Ya no quiero ser un cobarde, tú no te mereces eso.
Sólo espero que lo entiendas al leer todas las cartas. Dios, solo espero me entiendas.
Y que no me odies por todo lo que he hecho.
Tu viejo amigo.
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Hey, viejo amigo
Short StoryLas personas no comprenden el valor de lo que tienen hasta que lo han perdido. Y West lo ha comprendido de la peor manera. "Es difícil reparar algo roto, más aún cuando el que lo ha roto has sido tú". Secuela de "Hey, mejor amigo", se recomienda lee...