Trece

4K 526 33
                                        

Hey, viejo amigo.

Parece que es cierto que a veces las oportunidades aparecen cuando menos las esperas. Aunque me hubiera gustado que esta fuera un poco diferente.

Ayer estaba en medio del receso cuando pasé por tu salón. Juro que fue un accidente, no lo hice con la intención de verte, he estado tratando de mantenerme distante para no fastidiarte y aunque es difícil sigo intentándolo. Pero cuando pasé por la puerta te escuché y no pude evitar quedarme a ver que pasaba.

Te veías muy preocupado, y no dejabas de repetirle a uno de tus compañeros que no encontrabas tu informe de historia.

Te viste en extremo desilusionado cuando tu compañero te dijo que quizás alguien lo confundió y lo había tirado. Fue entonces cuando me deprimí al ver la mueca de tristeza que apareció en tu rostro.

No sé exactamente que me movió a hacer lo que hice después, quizás la locura o el deseo de no verte triste de ese modo. También pudo haber sido la estupidez. Pero cuando la campana marcó el fin de las clases del día me dirigí casi corriendo a los basureros detrás del gimnasio y busque como loco el informe perdido.

No me puse a pensar en que quizás no lo encontrara, ni tampoco en lo apestoso que estaba (créelo, era bastante), solo quería hacer aquello por ti. Porque te lo debía.

Por suerte lo encontré, aunque después de buscar media hora, y cuando ya mucho después fui a ver a mi novia, Natalia me cerró en la cara al sentir el olor que llevaba.

Me había duchado cuatro veces, ¿como era posible que aún se notara?

Eso me deprimió bastante, pero cuando al día siguiente dejé tu trabajo en tu asiento antes de que entraras a clases confirmé que todo había valido la pena. La sonrisa que iluminó tu rostro fue la única prueba que necesitaba.

No me di cuenta hasta ahora, pero ese ha sido el primer paso que he dado para verte feliz.

¿Habrá bastado? No lo sé, de todos modos seguiré intentando.

Ya que no somos amigos, esto es todo lo que puedo hacer por ti.

Tu viejo amigo.

Hey, viejo amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora