Hey, viejo amigo

Epílogo

Hey, viejo amigo.

¿Te digo algo? Quizás es un poco extraño que siga comenzando todas estas cartas con esas palabras, pero supongo que uno nunca abandona sus viejas costumbres, ¿eh? No podemos cambiar lo que somos.

Pero si podemos trabajar para ser mejores. En realidad, es reconfortante sentir que estás convirtiéndote en una persona mejor de lo que eras. Sobre todo cuando has cometido tantos errores. Por eso me he esforzado tanto durante este último mes para ser lo suficientemente bueno para ti.

Por supuesto, no es tan difícil cuando me das besos como recompensa. Es más, casi me hace querer meter la pata de nuevo.

¡Eh! Era solo una broma, no hacía falta que me golpees. Cielos, me pregunto porqué decidí escribir esto contigo aquí.

Como sea, supongo que el cambio siempre viene bien. Además, me gusta el nuevo rumbo que han tomado las cosas para los dos.

¿Acaso te habrías imaginado hace un año que tú y yo iríamos juntos a la graduación? Porque yo no, pero no me disgusta para nada. Después de todo lo que hemos pasado, creo que nos merecemos divertirnos un poco.

¿Qué más debería decir? Últimamente ya no hay mucho que no te diga en persona así que es un poco difícil seguir escribiendo estas cosas, pero no quiero dejar de hacerlo. Después de todo, fue gracias a que escribí estas cartas que aprendí muchas cosas sobre mi mismo y, además, gracias a ellas ahora puedo estar contigo otra vez. Supongo que es por eso que no quiero dejarlas, por más que me digas que debería hacerlo.

Si, si, ya me has dicho que ahora no hay necesidad de escribirlas, que esa parte de nuestra historia ya terminó. Pero de igual modo siento que debería escribir al menos una última carta, como un agradecimiento... y una despedida.

Porque tienes razón, esa parte de nuestra historia terminó. Y ahora comienza una nueva.

Hagámosla divertida ¿si? Pero sin tanto drama, por favor.

Tu (y me encanta decirlo) novio, West.