Hey, viejo amigo

Treinta y tres

Hey, viejo amigo.

Cuando dije que necesitaría suerte para caerle bien a Andrea, no pensé que la necesitara tanto.

Sé que me odia, pero creo que se esfuerza demasiado en hacérmelo saber.

Como ayer, cuando saliendo de clases me hizo una zancadilla antes que pudiera acercarme a donde estabas. O en el almuerzo, cuando casi me tira de la silla en la que estaba. O cuando... bueno, creo que quedó claro que no le agrado para nada.

Supongo que fue por eso que hoy, cuando me les acerqué y la saludé primero a ella con una sonrisa, todos me miraron como si hubiera estado vestido de payaso. Incluso ella no supo como reaccionar.

Al menos por un segundo, porque luego no tuvo problemas en decirme que mejor me metiera en mis asuntos.

Es algo irritante, ser amable no parece funcionar. Tendré que intentar algo más si quiero caerle bien.

¿Empujarla desde un segundo piso es una opción?

Dios, esto va a ser difícil.

Tu viejo amigo.