Prólogo

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Prólogo

Me despierto aturdida en medio de una habitación oscura no entiendo que sucedió, me duele la cabeza intensamente pero eso no es lo peor siento un ardor en mi entre pierna me duele mucho no sé qué sucedió y de repente un golpe de realidad llega a mí.

—Hola muñeca—dice Matthew con tono socarrón.

—Hola. —Digo tímidamente.

—Pasa estás en tu casa. —su casa es enorme no se compara con la mía y vaya que mi casa es grande.

Está muy bien decorada tiene una buena gama de colores, los pilares del fondo le dan una pinta rustica al lugar, los grandes ventanales hacen que se resalte con elegancia y modernidad, me quedo asombrada al entrar sí que se esmeró con la fiesta esta de muerte, él me ofrece un trago que pasa rascando mi garganta, empecé a bailar hace tiempo que no lo hacía me sentí libre y seguía tomando un trago tras otro tras otro, de repente me sentía en las nubes no sé como pero empecé a bailar encima de una mesa, no recuerdo haberme quitado mi blusa color carmesí, ni que decir de mi chaqueta.

De repente sentí unos fuertes brazos que me sujetaba con demasiada firmeza la cintura, era Matthew vino a rescatarme bueno no exactamente eso. Siento como tira fuertemente de mi pegándome a su pecho me dolió la cintura por el tirón, mierda eso tendrá marcas mañana regresó a ver y me atemorizo al notar su rostro lleno de furia, de repente se saca la camiseta y me la pone a mí de re-ojo veo como las chicas del lugar ven su perfecto y marcado tórax, no lo miren perras él es mío—pero que dices Mel son los tragos, seguro es eso.

Me lleva a una habitación es color azul oscuro, combina perfectamente con los muebles que adornan el espacio casi indivisible, de golpe caigo en el colchón me coloca boca arriba, trata de ocultar su enojo pero no lo logra.

— Que intentas hacer ponerme celoso. —me quedo anonadada, ha alzado la voz tanto que hace que se me enfríe la sangre.

—Yo..o yoooo no traté nada- digo bajando la cabeza.

—Melodie porque me haces esto. —pero que le pasa yo no he intentado nada. —bueno quitando el hecho de que bailaba semi-desnuda en las estancia, no he hecho nada malo.

—Me gustas Mel eres lo único bueno que me ha pasado hace mucho tiempo-¡Que!

—Bueeenooo es que yo bueno... yo es que. —siento sus labios encima de los míos y como su lengua se hace paso entre mi boca.

Y entonces empieza a deslizar las palmas de sus manos por mi espalda y un escalofrío recorre todo mi cuerpo, sus ojos son intensos, misteriosos y lujuriosos.

Que pasan de mi rostro a mis senos. Supongo que a pesar de ser el típico niño rico, con fama de playboy de la ciudad sabe cómo jugar.

Su boca invade la mía con ardor. Su lengua se mueve con precisión, haciendo que un gemido de placer salga sin poder retenerlo de mí. Tiró de su cuello y lo envuelvo con las piernas, este gesto lo excita más de lo que ya estaba. Me toma de la cintura y me levanta para poder subir a la cama—su boca sigue con la tarea de penetrar la mía.

Comienza a arrancarse la ropa yo estoy vislumbrada por lo perfecto de su cuerpo. Su pecho es amplio, marcado por músculos que lo hacen ver más apetecible, cada parte de él es perfecta incluso la central.

Me quedo de piedra es enorme y yo no sé qué decir pues yo no he tenido sexo nunca antes, me paró un instante por la conmoción.

—Estás bien. —Dice Matthew.

—Lo que pasa es que. —agachó la cabeza.

—Dime que sucede. —mierda no es como decírselo, ya Mel se fuerte y díselo.

—Soy virgen. —siento mis mejillas arder.

—Si quieres paro. —dice muy tranquilo, no me importa me preocupare de esto mañana.

—No, hazlo. —afirmo torpemente.

Habré un cajón de su velador y saca un envoltorio plateado, lo rasga y comienza a colocárselo.

No le quitó los ojos de encima y eso hace que el regrese a verme, agachó la cabeza pero el alza mi rostro del mentón.

—No bajes tu mirada, preciosa quiero verte. —me besa y me sujeta de la cintura acercándome más a él. Se mueve hasta quedar sentado, me levanta ligeramente y entonces lo siento entrar.

— ¡Ay!— No puedo evitar el grito. Fue demasiado rápido.

—Tranquila. — susurra acariciando mi espalda suavemente.

Poco a poco me deja caer hasta que entra por completo, contengo la respiración y mantengo los ojos cerrados es tan grande. Estamos sudando mucho.

Empieza a moverse lento y suave me duele mucho vaya que mucho pero el dolor desaparece y se empieza a transformar en placer, sujeta mis pechos en sus manos, toca por todos lados, empieza a jugar con mis pezones se siente jodidamente bien su piel con la mía.

Gimo y gritó sin control estoy fuera de mí, mientras su boca intenta ahogar mis gemidos, no tengo reparos me entrego por completo de pronto llegó al clímax acompañada de él es excitante, este sentimiento pero sin duda lo volvería a hacer.

Poco a poco mis párpados empiezan a pesarme y no sé qué más pasó conmigo, sólo recuerdo que Matthew salió de la cama y poco después el ruido ensordecedor del exterior ceso.

No lo puedo creer tuve sexo por primera vez con un chico que conozco hace unos meses y lo peor estoy sola en la cama.

Siento como si mi cerebro quisiese explotar no puedo pensar con claridad.

—Estas bien nena. —llama mi atención Matthew no lo había visto por estar perdida en mis ensoñaciones.

—Si muy bien. — mentira me siento fatal no puedo creer lo que hice anoche. Y aún peor el dolor en mis piernas me confirma con ironía el pequeño pecado cometido la noche pasada.

No he llamado a casa mi madre estará furiosa y ahora como le explicó por qué no llegue a casa en toda la noche, esto me costará todo un mes sin salidas ni permisos.

Amame hasta el final [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora