Matthew.
Pero que coño estaba haciendo esa pequeña mujer, lentamente pasa su lengua primero por mi ombligo para seguir bajando hasta un lugar el cual me hacia perder el orden de mis pensamientos, su contacto con mi piel me ardía.
Miles de corrientes pasaban por mi abdomen para posarse en el lugar prohibido donde el sol apenas llegaba ella no tuvo que esmerarse tanto como para hacer que mi cuerpo reaccionará a su lengua y recorrido, sentía la dureza en mi entrepierna ya no podía seguir ahí parado dejando que esa pequeña chica canadiense me volviera loco. Sin contar que las mujeres que estaban a nuestro alrededor posarán su ira sobre Mel.
— ¿Que estas haciendo?. — ahogue un gruñido. Levantó a Mel del piso para estamparle un beso apasionado lleno de deseo que amenazaba por salir. Como cuando aprietas un barro. Es algo asqueroso pero así lo siento.
— Sólo juego un poco. — me susurra suavemente mientras pasa su lengua por mi oreja.
— Estas jugando con fuego Dani. — jugue con un mechon de su melena alborotada.
— Ni creas que me e olvidado de lo de anoche. — sentenció mientras apretaba mi pectoral con su pequeña mano. — Además quien dijo que no me gustaría quemarme contigo. — mordió su labio inferior.
No podia resistir mas despues de esa invitación que acaba de hacerme al morder su labio, a sido una reverenda tortura lo de ayer pero si no era fuerte como demonios iba a imponer mi lugar a Melodie le gusta tocarme las narices cada que le da la gana entonces yo calentaria lo que no me iba a comer. Es lo justo. Pensé
— Ayer de que hablas, ¡ A ya ! ¿ Hablas de cuando me abandonaste para irte a otra suite? . — no había notado las miradas obscenas de parte de mujeres y hombres a la vez en el caso de Melodie. Hasta que alguien nos grito vayan a su habitación.
— Pues creo que dormirás sólo un buen tiempo. — susurro en mi oído mientras lo mordía y posaba su mano en mi ya marcada erección. Definitivamente esa fue la gota que rebozo el baso.
Me bajo hasta el nivel de sus muslos para abrazarlos y subirla en mis hombros, cuidando que ningún gilipollas viera las braguitas de Mel, ya sabia yo que eran de encaje su modelo favorito, pensé.
— Matthew, que estas haciendo. — chillaba mientras trataba de liberarse.
— Voy a hacerte el amor. — sentencie.
— A sí. — pregunto ladina. — Y si digo que no. — me mira de reojo.
— Acaso piensas contradecirme señorita Carter. — le estampó mi mano sobre su trasero. No voy a mentir lo masajeé de más con tal de poder disfrutar de su piel. — Si dices que no aceptaré tu decisión, pero haré que cambies de decisión si es necesario para poder colarme entre tus piernas.
— En ese caso creo que me haré a la idea. — murmuró alegremente.
Al llegar a la suite no lo dude ni por un segundo la deje cerca sobre la cama para poder deshacerme de ese bonito vestido color melocotón que le iba tan bien con su figura se le pegaba casi como una segunda piel. Al terminar de subirlo por si cabeza tuve una vista panorámica de su cuerpo las bragas y el brazier blancos no pasaron desapercibidos.
Con el tono blanco de su piel resaltaban perfectamente.
Después de hacerla mía toda la mañana, mi estómago y su estómago rugían sin parar, nos habíamos saltado el desayuno y ya no podía saltarme otra comida si no quería que la fiera a la cual llamaba estómago empezará a auto alimentarse conmigo mismo.
Escucho como la melodía de The Beatles empieza a llenar el espacio, sabia que era mi móvil no quería atender así que entre a la ducha con Mel. Una ducha, mil toqueteos indecentes y varios orgasmos después salimos de la regadera para vestirnos.
Tomó mi móvil para comprobar quien era la persona que llamaba con anterioridad, papá apareció en la pantalla de mi celular tan solo con prenderlo no me demore en atender. Vi como trece llamadas perdidas de él.
— ¿Que quieres? — solté, arisco.
— Esa no es la manera de contestar a tu padre. — puntualizó.
— Exacto creí que hablaba con mi padre no con la puta adicta a la heroína que hiciste mi madre. — argumente con rabia.
— Al grano Matthew, no tengo tiempo para tus berrinches de adolecente. — que este hombre no tenía ni un poco de institinto paternal o que.
— Estoy esperando que dejes el drama de señora cincuentona que has montado y me digas de una buena vez para que has llamado. — Pude escuchar como sacaba aire con ira.
— Quiero que vuelvas no se ha sabido de Franzua así que debes volver a más tardar para las 6 de la mañana de Los Ángeles. — mire mi reloj, para corroborar la hora eran las 2 de la tarde así que si mis cálculos no me fallaban teníamos que coger un vuelo ya mismo para poder llegar a la hora que me pedía.
— Está de coña, como piensas que consigamos un vuelo para allá en un santiamén. — maldije.
— Te e enviado lo necesario a tu correo así que debes estar aquí mañana a la hora que te e pedido.
Como ya me lo esperaba colgó sin decir más, maldije para mi mismo. Ya que me la estaba pasando bien con Melodie tenía que ir de nuevo para allá a fingir ser el hijo perfecto, con vida perfecta de Jacob Sebastian Collins.
Odiaba tener que fingir algo que no era pero debido al gran emporio que mi padre había creado con la ayuda de mi abuelo las cámaras, flashes y noticieros estaban encima de mi prácticamente desde que naci.
Mi niñez había sido dura cambiar de niñera cada que volvía loca a la anterior, maltratado por la loca que me daba mis clases dirigidas y el poco amor por parte de mi padre creo que eso me hizo ser como soy.
— Que paso. — escuche decir a Melodie a mis espaldas.
— Haya que regresar. — dije sin emoción.
— ¿Que hoy mismo?. — pregunto to mientras hacia pucheros.
— Si hoy mismo. — sentencie tajante.
Una vez que nuestras maletas estaban listas, John nos llevó a el aeropuerto para que tomáramos el Jet privado de Collins. Enterpries
Todo el camino no cruzamos ninguna palabra, Mel estaba viendo por la ventana puesta sus cascos se la veía tan hermosa con su cabellera castaño dorado acompañado de sus ojos miel con una mezcla de verde. Sin lugar a dudas era hermosa no me había detenido a mirarla más de cerca claro que lo más apegados que estábamos era cuando yo estaba en su insterior.
— Una foto te duraría más. — exclamó retirándose los cascos.
— Para que si te tengo enfrente. — contesté ladino.
No dijimos nada mas hasta que llegamos al aeropuerto de Los Ángeles quince horas sentado agradecería al cielo si aún tenía trasero.
Mientras tomaba mi maleta, con el rabillo de mi ojo pude divisar una melena rojo cobrizo que paso junto a mi. Antes de poder reaccionar una bofetada se posaba en la mejilla de Melodie.
Y aquí otro capítulo más, quería contarles que casi casi estamos en la recta final de la historia 😢😢😢. Lo se lo se es triste pero estaba pensando en hacer una segunda parte como siempre ustedes mandan Amantes.
Bueno no te olvides de comentar, compartir para que así seamos cada día más lindas personitas en esta bella familia. Tampoco olvides dejarme tu deliciosa, suculemta y exquisita estrellita.
Lo se lo se me despido.
TE QUIERO!!!!! ♡♡
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Amame hasta el final [TERMINADA]
Teen Fiction[Historia en proceso de edición] Melodie se cambia de ciudad por el contrato multimillonario que hizo su padre, sin saber que Matthew un chico sin modales y con fama de playboy que solo busca diversión le alcanzarán y pondrá su vida de cabeza. Una...