Capítulo 39

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Melodie.

Al sentir que una parte de la cama se hundía en una de las esquinas mi corazón empezó a latir frenéticamente, en un instante creí que era un ladrón o alguien que se había equivocado de habitación, mi primer instinto fue gritar pero una mano muy familiar me silencio de inmediato era Matthew pero como coño había entrado a mi habitación forzó la cerradura o simplemente seducio a la recepcionista cualquiera de las dos era muy creíble pero lo las importante era que empezó a atar mis manos contra el respaldo de la cama.

- ¿Pero que haces? - le dije mientras me removía incómoda.

- Ya te dije voy a hacer que pagues tus bromita en París, tus desplantes y aun más el llamarme malcriado.

- ¿Acaso vas a abusar de mi? - susurre.

- No haré nada de lo que tú no me pidas pequeña. - una risa torcida ya característica de él emergió en sus labios.

- Bájate de mí, Matthew. - replique.

Empezó a besarme el cuello lentamente haciendo que un gemido salga si previo aviso, su tacto es embriagante siento como un remolino se apodera de mi estómago. Cada beso que imparte por mi piel, me hace sentir que ardo por dentro, baja lentamente por mi pecho para subir el bastido de seda para dormir que llevaba lo deslizó fácilmente por mi cuerpo hasta que lo dejo por encima de mi cabeza, seguía su recorrido por mi piel, me hacia sentir mil emociones juntas.

- Eres hermosa Melodie Carter. - murmuró sobre mi piel. Hace tiempo que no me lo decía, una parte de mi se encendió de amor al escucharlo.

Bajo hábilmente mi brazier para tener libre acceso a mis pechos, uno a uno mordisqueo y saboreo, siento como si mi cuerpo llevará su nombre escrito, ya no me pertenece a mi en este mismo instante si no mas bien a él. Sigue bajando delicadamente por mi cuerpo y la barba incipiente de hace tres días se hace presente haciendo sensible mi piel a su tacto. Antes de llegar al lugar mas delicado de mi anatomía muerde mi entrepierna sacándome nuevamente un gemido, no podía seguir con su tortura todo mi cuerpo tenía su atención excepto donde en realidad nesecitaba que le diera atención.

- Matthew por favor. - suplique.

- Dime pequeña que es lo que quieres. - su labios seguían sobre mi muslo derecho.

- A ti Matthew te quiero a ti.- su sonrisa ladina se hizo presente.

- Pero aquí me tienes amor.

- No me refiero a eso. - No podía soportarlo más quería que me haga el amor. Solo como el sabía hacerlo.

- Te quiero dentro de mi. - replique, pero a donde se habia ido toda mi vergüenza y cordura.

Haciendo caso omiso a mi súplica seguía repartiendo mordidas y besos por mi piel hasta que uno de sus dedos entró en mi. - Dios - grite.
Dentro, fuera era lo que pensaba en ese mismo instante

- Eres una niña mala. - me dijo mientras mordiqueaba el lóbulo de mi oreja llenándome de miles de corrientes eléctricas. Casi al borde del orgasmo paro.

- ¿Pero que? - fue lo único que dije.

- Las cosas no van a ser tan fáciles. - murmuró. - No voy a dejarte tener Lo que me pides.

No podía creer lo que me estaba diciendo sólo estaba jugando conmigo, nada más. Empiezo a moverme para que se bajase de mi, pero era casi imposible era mas fuerte y más alto que yo apenas y conseguía moverlo.

- Entonces vete a tu habitación Matthew, no quiero tenerte aquí.

Toma un hielo de una de las copas que había traído para pasarlo por todo mi cuerpo. El frío y el calor de mi piel me proporcionaban aún más deseo del que ya sentía. Me frustre cuando Matt saco sus dedos de mi.

Amame hasta el final [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora